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El mejor helado de la Costa Blanca está en Gata de Gorgos

Imagina un lugar donde cada cucharada te transporta a un paraíso de sabores auténticos, con una historia que se remonta a los años 20. Ca el Tramuser, en el corazón de Gata de Gorgos, no solo es una heladería; es un legado de generaciones que fusiona tradición e innovación en cada delicioso helado.

 

El mejor helado de la Costa Blanca

 

Un viaje a los orígenes con Tere, la Maestra Heladera

La historia de Ca el Tramusser se enraíza en los años 20, cuando «El Tramusser», su abuelo, inició la venta de agua limón, horchata y mantecado. Tere, la actual propietaria, se sumergió en el mundo del negocio desde joven, aprendiendo los secretos de los deliciosos helados artesanos y el refrescante granizado de limón que evoca los recuerdos de las abuelas.

 

 

El mejor helado de la costa blanca

 

Tradición en cada bocado

Lo mismo ocurre con los helados. Tere continúa elaborando los sabores más tradicionales con las recetas de su tía, que se transmiten de generación en generación. Sin embargo, también abraza los gustos actuales, siguiendo las tendencias del momento. Aunque conserva maquinaria heredada de sus antecesores, la heladería cuenta con modernos aparatos que facilitan la labor, aunque el toque artesanal prevalece.

 

Gracias a esta tradición arraigada, Ca el Tramusser ofrece un sabor clásico como los de antes. Cada helado cuenta una historia, conservando la autenticidad de antaño y adaptándose a los paladares contemporáneos. Es por eso que sus helados están considerados los mejores de la Costa Blanca. La heladería es el testimonio vivo de la dedicación y pasión de Tere.

Cala escondida de Jávea

 

Así que, la próxima vez que te encuentres en Gata de Gorgos, no solo disfrutes de un helado en Ca el Tramuser, sino que también te sumerjas en una experiencia que va más allá de lo gustativo. Un viaje al pasado que, con cada cucharada, te hará recordar la esencia única de los helados clásicos, manteniendo viva la tradición en cada bocado. Porque en Ca el Tramusser, la tradición no solo se saborea, se vive.