El poder femenino ante una nueva era
«El poder ha de llegar a la mujer para ser compartido con los hombres, no para quitárselo» – Yoko Ono
Las mujeres nos encontramos desde hace siglos en una constante lucha por demostrar nuestra valía, nuestras capacidades y habilidades fuera de los roles que se nos habían establecido como únicos e inamovibles. Una lucha que nunca termina y, por mucho que avancemos, no llega a ningún lugar. Avanzamos a pasitos muy pequeños y muchos hombres se sienten amenazados y discriminados por la gran avalancha de mujeres que ha despertado y que quieren subir peldaños y hacerse ver. Lo cual es absolutamente necesario. Es nuestro derecho.
Cierto es que nosotras, las mujeres, hemos sufrido esta discriminación durante años y años, pero ¿nos lleva esta lucha a alguna parte?
Confrontar ambos géneros es otra de las triquiñuelas del patriarcado en el que estamos sumergidos hace siglos, qué digo, milenios.
No se trata de elegir entre hombres o mujeres, no se trata de quién tenga más poder, se trata de encontrar el equilibrio entre la energía femenina y masculina, que no es exclusiva ni de mujeres ni de hombres.
Ahora se necesita una mayor presencia de energía femenina en los órganos de toma de decisiones. Energía que tiene que ver con la creatividad, con la tolerancia, con la capacidad de diálogo y comunicación. Y aunque esta energía no es exclusiva de las mujeres, sí que es cierto, que la evocamos con mayor facilidad que los hombres.
Tenemos el potencial y disponemos de la oportunidad para cambiar un porvenir que se presenta inevitablemente incierto.
Solo nosotras tenemos el poder de llevar a cabo esta transformación aplicando nuevas reglas, una nueva forma de relacionarnos y vincularnos.