Entrevista a Icaranda
¿Cómo surge el proyecto ICARANDA?
Desde pequeña los misterios de la naturaleza, sus bondades y su compañía han sido fieles compañeros. Ahora, en mi día a día, los árboles, las plantas, los paisajes, el desarrollo personal, la inspiración por las expresiones artísticas, los pequeños detalles que nos mejoran y enriquecen la vida, me parecen lo más amoroso del mundo. Meditar durante algún tiempo me enseñó lo valioso de relacionarse amistosamente y en equilibrio con una misma y con todo, así como la importancia de respirar el tiempo y emplearlo en crear buenos momentos, sensaciones y felicidad a nuestro alrededor.
Icaranda es el resultado espontáneo y orgánico de este camino vital. Es como una síntesi de mi forma de construir un mundo mejor, de vivir en él. Es un lugar de encuentro, de empoderamiento y de libertad creativa. Un espacio que manifiesta mi esencia y dónde quiero compartir belleza, cuidado y consciencia.
¿Qué significa el nombre?
El nombre es una combinación de dos palabras: “ícaro” y “andar”. Los ícaros son cantos que se emplean en algunas las ceremonias chamánicas. Son canciones, susurros, tarareos, tambores y los sonidos de instrumentos musicales populares, que acompañan a las personas a tomar contacto con su esencia, con su imaginación y con sus anhelos vitales. Podemos decir que los ícaros son hermanos de los mantras y que ayudan a tomar consciencia de la unidad de nuestro ser con todo lo que nos rodea. Y yo siempre he disfrutado cantando. Es una forma de relajarme y de conectar con la inspiración y la paz, es mi puerta a la creatividad. Nuestra voz es una forma ancestral de expresión, somos seres sonoros, tenemos el sentido del oído y la capacidad de emitir sonidos. Si cerramos los ojos, este es el sentido que se activa y se agudiza inmediatamente, nos ayuda a orientarnos y a entender mejor lo que se expresa a nuestro alrededor: una brizna de aire, un eco lejano, una risa, una palabra, el canto de un pájaro, etc.
Por otro lado está la palabra andar. Andar es una forma de seguir adelante aunque a veces suponga un esfuerzo más que un placer, es ley de vida. Traspasar territorios para diluir fronteras, para derribar ideas, prejuicios y temores. Seguir un sendero y apreciar la belleza de lo que nos vamos encontrando paso a paso. He sido y sigo siendo bastante nómada, me gusta viajar, descubrir, aprender, integrarme en los lugares que visito, entender sus expresiones culturales, humanas y artísticas. Soy una buscadora y para ello he tenido que andar. Es lo primero que hacemos para ser autónomas, aprender a utilizar nuestro cuerpo para ir más allá de lo conocido.
¿Qué es exactamente ICARANDA? ¿Cuál es su filosofía?
Icaranda es mi acercamiento personal a la naturaleza como espacio sagrado, como esa gran maga que nos cuida, nos acompaña, nos vela. Creo que estamos profundamente enraizadas con ella pero no siempre la elegimos. Icaranda es una invitación a recuperar la belleza de la naturaleza en los pequeños detalles: una diminuta flor con colores increíbles. Una planta aromática que crece salvaje, llena de propiedades. Un aroma sutil que nos recuerda a esa persona. Una llama que encendemos para darnos calidez y compañía cuando lo necesitamos. Una tela estampada que nos llena de alegría y nos reconforta.
Icaranda invita a poner los cinco sentidos en la sencillez, parar y sonreír. Mi frase sería: Cuídate tal como te cuida la madre naturaleza. Aquí creo, reciclo, reformo y me expreso libremente elaborando de forma artesanal elementos que nos ayuden a sentirnos bien.
¿Qué tipo de productos artesanos crea ICARANDA?
VELAS.
Elaboradas con cera de soja con un bajo punto de fusión, completamente ecológica, biodegradable, de alta calidad y vegana. La cera de soja no deja residuos ni emite ningún tipo de tóxico al encenderla. El pabilo es de madera y crea un ambiente acogedor y una llama un poco más intensa. La experiencia al prenderla es chispeante.
Las velas están elaboradas en recipientes de barro esmaltado de diferentes colores en su interior. También utilizo tazas de cerámica y otros recipientes que me gustan y tienen personalidad, años de existencia o algún detalle especial. Todas las velas llevan decoraciones florales, pequeños trozos u hojas de plantas aromáticas y/o resinas naturales como puede ser el olíbano o la mirra.
INCIENSOS NATURALES, ATADILLOS O SAHUMERIOS.
Los atadillos, inciensos naturales o también llamados sahumerios, son hermosas combinaciones de plantas, la mayoría de ellas aromáticas, que tienen en sí una intención, una esencia y un propósito. Las plantas aromáticas han sido utilizadas desde tiempos inmemoriales. Muchas culturas antiguas, sobretodo indígenas, han utilizado las propiedades del humo al quemarlas para dispersas las malas energías, densas y somnolientas que se encuentran en lugares como casas, espacios sagrados, ámbitos de trabajo, grupos de personas y para limpiezas personales.
Desde la quema de pequeñas astillas de romero, hasta el conocido copal o la salvia blanca, han sido las reinas de estas habituales ceremonias. Los inciensos de Icaranda están elaborados de una forma artesana, cuidada, intuitiva y completamente equilibrada y respetuosa con la Naturaleza y el entorno. Cultivadas la mayoría por nosotros, les dedicamos tiempo, cuidados y atención plena. Están recolectadas con consciencia y tranquilidad. Todo este trabajo hace que los atadillos resulten ser bellas creaciones que destilan energía positiva, cercanía, armonía y que desprendan un aroma profundo y cálido. La gran mayoría de las plantas que utilizo para la elaboración de los inciensos son las existentes en la zona Mediterránea y que son bien conocidas por nuestros ancestros: romero, tomillo, lavanda, salvia oficinalis, laurel, cortezas de cítricos, hojas de olivo, de algarrobo o de higuera. Todo un conjunto de sabias naturales.
TOTEBAGS: PIEZAS ELABORADAS CON TEJIDOS NATURALES.
Bolsos hechos a mano con tejidos de alta calidad y con motivos inspirados en la naturaleza. Elaborados con tela de algodón orgánico o lino, pensados para reducir el consumo de plástico.
¿Cuál es tu fuente de inspiración?
Me inspiro cuando paseo por el bosque, entre árboles, me detengo, escucho y siento. También tras una meditación y en silencio, vienen imágenes e ideas. Cuando recolecto plantas y flores. Todo intento hacerlo desde la serenidad y la capación de la belleza.
¿Cómo es el proceso creativo que da como resultado una vela?
Al principio empecé esocgiendo qué cera quería trabajar. La cera es un elemento versátil y el proceso de elaboración se parece al de crear un plato de cocina. Me familiaricé con la manipulación de la cera de soja por ser fácil de tratar al tener un bajo punto de fusión. Los elementos que voy agregando a medida que se solidifica la cera los decido antes de empezar el proceso. Ramitas de canela, rosas desecadas, flores de lavanda, resinas, manzanilla, flores de siempreviva, hojas de laurel y eucalipto, etc. Es como un juego, cada elemento tiene su lugar y es importante intuir cuándo hay demasiados o falta alguno. Escogí los cuencos de barro esmaltado porque me parece que combinan muy bien con los elementos vegetales. Utilizo las mechas de madera porque al prenderlas la llama es intensa y la cera se diluye dejando que los elementos floten en su interior.
¿A qué tipo de público os dirigís? ¿Cada vela la creas pensando en un tipo de persona?
En realidad las personas que conectan con la artesanía de Icaranda son diversas. Creo las velas sin pensar en alguien en concreto. Si ves belleza en ellas, ya es suficiente para llevártelas. Lo mismo ocurre con los inciensos naturales o los totebags.
Como emprendedora, ¿Qué te daba más vértigo al principio?
Sigue dándome vértigo intentar mantenerme con lo que elaboro de forma autónoma, sin depender del mercado laboral a veces mecánico y limitado. Ser artesana es un trabajo que requiere mucha dedicación, tiempo, toma de decisiones desde la innovación y con ayudas y apoyos escasos. Sabes que llegas a las personas porque se conmueven al ver lo que haces, pero el rendimiento económico es bastante inestable. Depende de la asistencia a los mercados artesanales a los que acudo, a las ventas online, a los comercios que confían en mi marca, etc. En definitiva, faltan recursos desde las administraciones para creer que la artesanía, más que ser un hecho puntual, es un medio de subsistencia que utilizarían muchas personas con diferentes vocaciones, si tuvieran su apoyo. El planteamiento para que no de tanto vértigo sería tener un refuerzo administrativo para iniciar proyectos, desarrollarlos y que sean sostenibles desde el inicio.
Lo bueno es que finalmente todas encontramos la forma de trabajar en la artesanía sin que nos desgaste.
¿Hay algún consejo al que te aferras porque te ha ayudado en los momentos de duda?
Cuándo alguna vez he dudado vuelvo a trabajar. Me pongo manos a la obra. Es mi método: que las musas te encuentren trabajando. A partir de ahí confío en mi intuición, aprendizaje, experimentación y ganas de crear. Así se me pasan los temores y las horas. Pero lo más importante para seguir adelante son las personas que están, que se acercan y se interesan por lo que elaboro. Se paran a oler los inciensos naturales, preguntan cómo utilizar la vela o se llevan puesto un totebag. Todo con una gran sonrisa. Eso es lo realmente importante.
Entrevista a Icaranda
¿Cómo surge el proyecto ICARANDA?
Desde pequeña los misterios de la naturaleza, sus bondades y su compañía han sido fieles compañeros. Ahora, en mi día a día, los árboles, las plantas, los paisajes, el desarrollo personal, la inspiración por las expresiones artísticas, los pequeños detalles que nos mejoran y enriquecen la vida, me parecen lo más amoroso del mundo. Meditar durante algún tiempo me enseñó lo valioso de relacionarse amistosamente y en equilibrio con una misma y con todo, así como la importancia de respirar el tiempo y emplearlo en crear buenos momentos, sensaciones y felicidad a nuestro alrededor.
Icaranda es el resultado espontáneo y orgánico de este camino vital. Es como una síntesi de mi forma de construir un mundo mejor, de vivir en él. Es un lugar de encuentro, de empoderamiento y de libertad creativa. Un espacio que manifiesta mi esencia y dónde quiero compartir belleza, cuidado y consciencia.
¿Qué significa el nombre?
El nombre es una combinación de dos palabras: “ícaro” y “andar”. Los ícaros son cantos que se emplean en algunas las ceremonias chamánicas. Son canciones, susurros, tarareos, tambores y los sonidos de instrumentos musicales populares, que acompañan a las personas a tomar contacto con su esencia, con su imaginación y con sus anhelos vitales. Podemos decir que los ícaros son hermanos de los mantras y que ayudan a tomar consciencia de la unidad de nuestro ser con todo lo que nos rodea. Y yo siempre he disfrutado cantando. Es una forma de relajarme y de conectar con la inspiración y la paz, es mi puerta a la creatividad. Nuestra voz es una forma ancestral de expresión, somos seres sonoros, tenemos el sentido del oído y la capacidad de emitir sonidos. Si cerramos los ojos, este es el sentido que se activa y se agudiza inmediatamente, nos ayuda a orientarnos y a entender mejor lo que se expresa a nuestro alrededor: una brizna de aire, un eco lejano, una risa, una palabra, el canto de un pájaro, etc.
Por otro lado está la palabra andar. Andar es una forma de seguir adelante aunque a veces suponga un esfuerzo más que un placer, es ley de vida. Traspasar territorios para diluir fronteras, para derribar ideas, prejuicios y temores. Seguir un sendero y apreciar la belleza de lo que nos vamos encontrando paso a paso. He sido y sigo siendo bastante nómada, me gusta viajar, descubrir, aprender, integrarme en los lugares que visito, entender sus expresiones culturales, humanas y artísticas. Soy una buscadora y para ello he tenido que andar. Es lo primero que hacemos para ser autónomas, aprender a utilizar nuestro cuerpo para ir más allá de lo conocido.
¿Qué es exactamente ICARANDA? ¿Cuál es su filosofía?
Icaranda es mi acercamiento personal a la naturaleza como espacio sagrado, como esa gran maga que nos cuida, nos acompaña, nos vela. Creo que estamos profundamente enraizadas con ella pero no siempre la elegimos. Icaranda es una invitación a recuperar la belleza de la naturaleza en los pequeños detalles: una diminuta flor con colores increíbles. Una planta aromática que crece salvaje, llena de propiedades. Un aroma sutil que nos recuerda a esa persona. Una llama que encendemos para darnos calidez y compañía cuando lo necesitamos. Una tela estampada que nos llena de alegría y nos reconforta.
Icaranda invita a poner los cinco sentidos en la sencillez, parar y sonreír. Mi frase sería: Cuídate tal como te cuida la madre naturaleza. Aquí creo, reciclo, reformo y me expreso libremente elaborando de forma artesanal elementos que nos ayuden a sentirnos bien.
¿Qué tipo de productos artesanos crea ICARANDA?
VELAS.
Elaboradas con cera de soja con un bajo punto de fusión, completamente ecológica, biodegradable, de alta calidad y vegana. La cera de soja no deja residuos ni emite ningún tipo de tóxico al encenderla. El pabilo es de madera y crea un ambiente acogedor y una llama un poco más intensa. La experiencia al prenderla es chispeante.
Las velas están elaboradas en recipientes de barro esmaltado de diferentes colores en su interior. También utilizo tazas de cerámica y otros recipientes que me gustan y tienen personalidad, años de existencia o algún detalle especial. Todas las velas llevan decoraciones florales, pequeños trozos u hojas de plantas aromáticas y/o resinas naturales como puede ser el olíbano o la mirra.
INCIENSOS NATURALES, ATADILLOS O SAHUMERIOS.
Los atadillos, inciensos naturales o también llamados sahumerios, son hermosas combinaciones de plantas, la mayoría de ellas aromáticas, que tienen en sí una intención, una esencia y un propósito. Las plantas aromáticas han sido utilizadas desde tiempos inmemoriales. Muchas culturas antiguas, sobretodo indígenas, han utilizado las propiedades del humo al quemarlas para dispersas las malas energías, densas y somnolientas que se encuentran en lugares como casas, espacios sagrados, ámbitos de trabajo, grupos de personas y para limpiezas personales.
Desde la quema de pequeñas astillas de romero, hasta el conocido copal o la salvia blanca, han sido las reinas de estas habituales ceremonias. Los inciensos de Icaranda están elaborados de una forma artesana, cuidada, intuitiva y completamente equilibrada y respetuosa con la Naturaleza y el entorno. Cultivadas la mayoría por nosotros, les dedicamos tiempo, cuidados y atención plena. Están recolectadas con consciencia y tranquilidad. Todo este trabajo hace que los atadillos resulten ser bellas creaciones que destilan energía positiva, cercanía, armonía y que desprendan un aroma profundo y cálido. La gran mayoría de las plantas que utilizo para la elaboración de los inciensos son las existentes en la zona Mediterránea y que son bien conocidas por nuestros ancestros: romero, tomillo, lavanda, salvia oficinalis, laurel, cortezas de cítricos, hojas de olivo, de algarrobo o de higuera. Todo un conjunto de sabias naturales.
TOTEBAGS: PIEZAS ELABORADAS CON TEJIDOS NATURALES.
Bolsos hechos a mano con tejidos de alta calidad y con motivos inspirados en la naturaleza. Elaborados con tela de algodón orgánico o lino, pensados para reducir el consumo de plástico.
¿Cuál es tu fuente de inspiración?
Me inspiro cuando paseo por el bosque, entre árboles, me detengo, escucho y siento. También tras una meditación y en silencio, vienen imágenes e ideas. Cuando recolecto plantas y flores. Todo intento hacerlo desde la serenidad y la capación de la belleza.
¿Cómo es el proceso creativo que da como resultado una vela?
Al principio empecé esocgiendo qué cera quería trabajar. La cera es un elemento versátil y el proceso de elaboración se parece al de crear un plato de cocina. Me familiaricé con la manipulación de la cera de soja por ser fácil de tratar al tener un bajo punto de fusión. Los elementos que voy agregando a medida que se solidifica la cera los decido antes de empezar el proceso. Ramitas de canela, rosas desecadas, flores de lavanda, resinas, manzanilla, flores de siempreviva, hojas de laurel y eucalipto, etc. Es como un juego, cada elemento tiene su lugar y es importante intuir cuándo hay demasiados o falta alguno. Escogí los cuencos de barro esmaltado porque me parece que combinan muy bien con los elementos vegetales. Utilizo las mechas de madera porque al prenderlas la llama es intensa y la cera se diluye dejando que los elementos floten en su interior.
¿A qué tipo de público os dirigís? ¿Cada vela la creas pensando en un tipo de persona?
En realidad las personas que conectan con la artesanía de Icaranda son diversas. Creo las velas sin pensar en alguien en concreto. Si ves belleza en ellas, ya es suficiente para llevártelas. Lo mismo ocurre con los inciensos naturales o los totebags.
Como emprendedora, ¿Qué te daba más vértigo al principio?
Sigue dándome vértigo intentar mantenerme con lo que elaboro de forma autónoma, sin depender del mercado laboral a veces mecánico y limitado. Ser artesana es un trabajo que requiere mucha dedicación, tiempo, toma de decisiones desde la innovación y con ayudas y apoyos escasos. Sabes que llegas a las personas porque se conmueven al ver lo que haces, pero el rendimiento económico es bastante inestable. Depende de la asistencia a los mercados artesanales a los que acudo, a las ventas online, a los comercios que confían en mi marca, etc. En definitiva, faltan recursos desde las administraciones para creer que la artesanía, más que ser un hecho puntual, es un medio de subsistencia que utilizarían muchas personas con diferentes vocaciones, si tuvieran su apoyo. El planteamiento para que no de tanto vértigo sería tener un refuerzo administrativo para iniciar proyectos, desarrollarlos y que sean sostenibles desde el inicio.
Lo bueno es que finalmente todas encontramos la forma de trabajar en la artesanía sin que nos desgaste.
¿Hay algún consejo al que te aferras porque te ha ayudado en los momentos de duda?
Cuándo alguna vez he dudado vuelvo a trabajar. Me pongo manos a la obra. Es mi método: que las musas te encuentren trabajando. A partir de ahí confío en mi intuición, aprendizaje, experimentación y ganas de crear. Así se me pasan los temores y las horas. Pero lo más importante para seguir adelante son las personas que están, que se acercan y se interesan por lo que elaboro. Se paran a oler los inciensos naturales, preguntan cómo utilizar la vela o se llevan puesto un totebag. Todo con una gran sonrisa. Eso es lo realmente importante.