Entrevista a Icaranda

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Entrevista a Icaranda

¿Cómo surge el proyecto ICARANDA?

Desde pequeña los misterios de la naturaleza, sus bondades y su compañía han sido fieles compañeros. Ahora, en mi día a día, los árboles, las plantas, los paisajes, el desarrollo personal, la inspiración por las expresiones artísticas, los pequeños detalles que nos mejoran y enriquecen la vida, me parecen lo más amoroso del mundo. Meditar durante algún tiempo me enseñó lo valioso de relacionarse amistosamente y en equilibrio con una misma y con todo, así como la importancia de respirar el tiempo y emplearlo en crear buenos momentos, sensaciones y felicidad a nuestro alrededor.

Icaranda es el resultado espontáneo y orgánico de este camino vital. Es como una síntesi de mi forma de construir un mundo mejor, de vivir en él. Es un lugar de encuentro, de empoderamiento y de libertad creativa. Un espacio que manifiesta mi esencia y dónde quiero compartir belleza, cuidado y consciencia.

¿Qué significa el nombre?

El nombre es una combinación de dos palabras: “ícaro” y “andar”. Los ícaros son cantos que se emplean en algunas las ceremonias chamánicas. Son canciones, susurros, tarareos, tambores y los sonidos de instrumentos musicales populares, que acompañan a las personas a tomar contacto con su esencia, con su imaginación y con sus anhelos vitales. Podemos decir que los ícaros son hermanos de los mantras y que ayudan a tomar consciencia de la unidad de nuestro ser con todo lo que nos rodea. Y yo siempre he disfrutado cantando. Es una forma de relajarme y de conectar con la inspiración y la paz, es mi puerta a la creatividad. Nuestra voz es una forma ancestral de expresión, somos seres sonoros, tenemos el sentido del oído y la capacidad de emitir sonidos. Si cerramos los ojos, este es el sentido que se activa y se agudiza inmediatamente, nos ayuda a orientarnos y a entender mejor lo que se expresa a nuestro alrededor: una brizna de aire, un eco lejano, una risa, una palabra, el canto de un pájaro, etc.

Por otro lado está la palabra andar. Andar es una forma de seguir adelante aunque a veces suponga un esfuerzo más que un placer, es ley de vida. Traspasar territorios para diluir fronteras, para derribar ideas, prejuicios y temores. Seguir un sendero y apreciar la belleza de lo que nos vamos encontrando paso a paso. He sido y sigo siendo bastante nómada, me gusta viajar, descubrir, aprender, integrarme en los lugares que visito, entender sus expresiones culturales, humanas y artísticas. Soy una buscadora y para ello he tenido que andar. Es lo primero que hacemos para ser autónomas, aprender a utilizar nuestro cuerpo para ir más allá de lo conocido.

¿Qué es exactamente ICARANDA? ¿Cuál es su filosofía?

Icaranda es mi acercamiento personal a la naturaleza como espacio sagrado, como esa gran maga que nos cuida, nos acompaña, nos vela. Creo que estamos profundamente enraizadas con ella pero no siempre la elegimos. Icaranda es una invitación a recuperar la belleza de la naturaleza en los pequeños detalles: una diminuta flor con colores increíbles. Una planta aromática que crece salvaje, llena de propiedades. Un aroma sutil que nos recuerda a esa persona. Una llama que encendemos para darnos calidez y compañía cuando lo necesitamos. Una tela estampada que nos llena de alegría y nos reconforta.

Icaranda invita a poner los cinco sentidos en la sencillez, parar y sonreír. Mi frase sería: Cuídate tal como te cuida la madre naturaleza. Aquí creo, reciclo, reformo y me expreso libremente elaborando de forma artesanal elementos que nos ayuden a sentirnos bien.

¿Qué tipo de productos artesanos crea ICARANDA?

VELAS.

Elaboradas con cera de soja con un bajo punto de fusión, completamente ecológica, biodegradable, de alta calidad y vegana. La cera de soja no deja residuos ni emite ningún tipo de tóxico al encenderla. El pabilo es de madera y crea un ambiente acogedor y una llama un poco más intensa. La experiencia al prenderla es chispeante.

Las velas están elaboradas en recipientes de barro esmaltado de diferentes colores en su interior. También utilizo tazas de cerámica y otros recipientes que me gustan y tienen personalidad, años de existencia o algún detalle especial. Todas las velas llevan decoraciones florales, pequeños trozos u hojas de plantas aromáticas y/o resinas naturales como puede ser el olíbano o la mirra.

INCIENSOS NATURALES, ATADILLOS O SAHUMERIOS.

Los atadillos, inciensos naturales o también llamados sahumerios, son hermosas combinaciones de plantas, la mayoría de ellas aromáticas, que tienen en sí una intención, una esencia y un propósito. Las plantas aromáticas han sido utilizadas desde tiempos inmemoriales. Muchas culturas antiguas, sobretodo indígenas, han utilizado las propiedades del humo al quemarlas para dispersas las malas energías, densas y somnolientas que se encuentran en lugares como casas, espacios sagrados, ámbitos de trabajo, grupos de personas y para limpiezas personales.

Desde la quema de pequeñas astillas de romero, hasta el conocido copal o la salvia blanca, han sido las reinas de estas habituales ceremonias. Los inciensos de Icaranda están elaborados de una forma artesana, cuidada, intuitiva y completamente equilibrada y respetuosa con la Naturaleza y el entorno. Cultivadas la mayoría por nosotros, les dedicamos tiempo, cuidados y atención plena. Están recolectadas con consciencia y tranquilidad. Todo este trabajo hace que los atadillos resulten ser bellas creaciones que destilan energía positiva, cercanía, armonía y que desprendan un aroma profundo y cálido. La gran mayoría de las plantas que utilizo para la elaboración de los inciensos son las existentes en la zona Mediterránea y que son bien conocidas por nuestros ancestros: romero, tomillo, lavanda, salvia oficinalis, laurel, cortezas de cítricos, hojas de olivo, de algarrobo o de higuera. Todo un conjunto de sabias naturales.

TOTEBAGS: PIEZAS ELABORADAS CON TEJIDOS NATURALES.

Bolsos hechos a mano con tejidos de alta calidad y con motivos inspirados en la naturaleza. Elaborados con tela de algodón orgánico o lino, pensados para reducir el consumo de plástico.

¿Cuál es tu fuente de inspiración?

Me inspiro cuando paseo por el bosque, entre árboles, me detengo, escucho y siento. También tras una meditación y en silencio, vienen imágenes e ideas. Cuando recolecto plantas y flores. Todo intento hacerlo desde la serenidad y la capación de la belleza.

¿Cómo es el proceso creativo que da como resultado una vela?

Al principio empecé esocgiendo qué cera quería trabajar. La cera es un elemento versátil y el proceso de elaboración se parece al de crear un plato de cocina. Me familiaricé con la manipulación de la cera de soja por ser fácil de tratar al tener un bajo punto de fusión. Los elementos que voy agregando a medida que se solidifica la cera los decido antes de empezar el proceso. Ramitas de canela, rosas desecadas, flores de lavanda, resinas, manzanilla, flores de siempreviva, hojas de laurel y eucalipto, etc. Es como un juego, cada elemento tiene su lugar y es importante intuir cuándo hay demasiados o falta alguno. Escogí los cuencos de barro esmaltado porque me parece que combinan muy bien con los elementos vegetales. Utilizo las mechas de madera porque al prenderlas la llama es intensa y la cera se diluye dejando que los elementos floten en su interior.

¿A qué tipo de público os dirigís? ¿Cada vela la creas pensando en un tipo de persona?

En realidad las personas que conectan con la artesanía de Icaranda son diversas. Creo las velas sin pensar en alguien en concreto. Si ves belleza en ellas, ya es suficiente para llevártelas. Lo mismo ocurre con los inciensos naturales o los totebags.

Como emprendedora, ¿Qué te daba más vértigo al principio?

Sigue dándome vértigo intentar mantenerme con lo que elaboro de forma autónoma, sin depender del mercado laboral a veces mecánico y limitado. Ser artesana es un trabajo que requiere mucha dedicación, tiempo, toma de decisiones desde la innovación y con ayudas y apoyos escasos. Sabes que llegas a las personas porque se conmueven al ver lo que haces, pero el rendimiento económico es bastante inestable. Depende de la asistencia a los mercados artesanales a los que acudo, a las ventas online, a los comercios que confían en mi marca, etc. En definitiva, faltan recursos desde las administraciones para creer que la artesanía, más que ser un hecho puntual, es un medio de subsistencia que utilizarían muchas personas con diferentes vocaciones, si tuvieran su apoyo. El planteamiento para que no de tanto vértigo sería tener un refuerzo administrativo para iniciar proyectos, desarrollarlos y que sean sostenibles desde el inicio.

Lo bueno es que finalmente todas encontramos la forma de trabajar en la artesanía sin que nos desgaste.

¿Hay algún consejo al que te aferras porque te ha ayudado en los momentos de duda?

Cuándo alguna vez he dudado vuelvo a trabajar. Me pongo manos a la obra. Es mi método: que las musas te encuentren trabajando. A partir de ahí confío en mi intuición, aprendizaje, experimentación y ganas de crear. Así se me pasan los temores y las horas. Pero lo más importante para seguir adelante son las personas que están, que se acercan y se interesan por lo que elaboro. Se paran a oler los inciensos naturales, preguntan cómo utilizar la vela o se llevan puesto un totebag. Todo con una gran sonrisa. Eso es lo realmente importante.

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Entrevista a Icaranda

¿Cómo surge el proyecto ICARANDA?

Desde pequeña los misterios de la naturaleza, sus bondades y su compañía han sido fieles compañeros. Ahora, en mi día a día, los árboles, las plantas, los paisajes, el desarrollo personal, la inspiración por las expresiones artísticas, los pequeños detalles que nos mejoran y enriquecen la vida, me parecen lo más amoroso del mundo. Meditar durante algún tiempo me enseñó lo valioso de relacionarse amistosamente y en equilibrio con una misma y con todo, así como la importancia de respirar el tiempo y emplearlo en crear buenos momentos, sensaciones y felicidad a nuestro alrededor.

Icaranda es el resultado espontáneo y orgánico de este camino vital. Es como una síntesi de mi forma de construir un mundo mejor, de vivir en él. Es un lugar de encuentro, de empoderamiento y de libertad creativa. Un espacio que manifiesta mi esencia y dónde quiero compartir belleza, cuidado y consciencia.

¿Qué significa el nombre?

El nombre es una combinación de dos palabras: “ícaro” y “andar”. Los ícaros son cantos que se emplean en algunas las ceremonias chamánicas. Son canciones, susurros, tarareos, tambores y los sonidos de instrumentos musicales populares, que acompañan a las personas a tomar contacto con su esencia, con su imaginación y con sus anhelos vitales. Podemos decir que los ícaros son hermanos de los mantras y que ayudan a tomar consciencia de la unidad de nuestro ser con todo lo que nos rodea. Y yo siempre he disfrutado cantando. Es una forma de relajarme y de conectar con la inspiración y la paz, es mi puerta a la creatividad. Nuestra voz es una forma ancestral de expresión, somos seres sonoros, tenemos el sentido del oído y la capacidad de emitir sonidos. Si cerramos los ojos, este es el sentido que se activa y se agudiza inmediatamente, nos ayuda a orientarnos y a entender mejor lo que se expresa a nuestro alrededor: una brizna de aire, un eco lejano, una risa, una palabra, el canto de un pájaro, etc.

Por otro lado está la palabra andar. Andar es una forma de seguir adelante aunque a veces suponga un esfuerzo más que un placer, es ley de vida. Traspasar territorios para diluir fronteras, para derribar ideas, prejuicios y temores. Seguir un sendero y apreciar la belleza de lo que nos vamos encontrando paso a paso. He sido y sigo siendo bastante nómada, me gusta viajar, descubrir, aprender, integrarme en los lugares que visito, entender sus expresiones culturales, humanas y artísticas. Soy una buscadora y para ello he tenido que andar. Es lo primero que hacemos para ser autónomas, aprender a utilizar nuestro cuerpo para ir más allá de lo conocido.

¿Qué es exactamente ICARANDA? ¿Cuál es su filosofía?

Icaranda es mi acercamiento personal a la naturaleza como espacio sagrado, como esa gran maga que nos cuida, nos acompaña, nos vela. Creo que estamos profundamente enraizadas con ella pero no siempre la elegimos. Icaranda es una invitación a recuperar la belleza de la naturaleza en los pequeños detalles: una diminuta flor con colores increíbles. Una planta aromática que crece salvaje, llena de propiedades. Un aroma sutil que nos recuerda a esa persona. Una llama que encendemos para darnos calidez y compañía cuando lo necesitamos. Una tela estampada que nos llena de alegría y nos reconforta.

Icaranda invita a poner los cinco sentidos en la sencillez, parar y sonreír. Mi frase sería: Cuídate tal como te cuida la madre naturaleza. Aquí creo, reciclo, reformo y me expreso libremente elaborando de forma artesanal elementos que nos ayuden a sentirnos bien.

¿Qué tipo de productos artesanos crea ICARANDA?

VELAS.

Elaboradas con cera de soja con un bajo punto de fusión, completamente ecológica, biodegradable, de alta calidad y vegana. La cera de soja no deja residuos ni emite ningún tipo de tóxico al encenderla. El pabilo es de madera y crea un ambiente acogedor y una llama un poco más intensa. La experiencia al prenderla es chispeante.

Las velas están elaboradas en recipientes de barro esmaltado de diferentes colores en su interior. También utilizo tazas de cerámica y otros recipientes que me gustan y tienen personalidad, años de existencia o algún detalle especial. Todas las velas llevan decoraciones florales, pequeños trozos u hojas de plantas aromáticas y/o resinas naturales como puede ser el olíbano o la mirra.

INCIENSOS NATURALES, ATADILLOS O SAHUMERIOS.

Los atadillos, inciensos naturales o también llamados sahumerios, son hermosas combinaciones de plantas, la mayoría de ellas aromáticas, que tienen en sí una intención, una esencia y un propósito. Las plantas aromáticas han sido utilizadas desde tiempos inmemoriales. Muchas culturas antiguas, sobretodo indígenas, han utilizado las propiedades del humo al quemarlas para dispersas las malas energías, densas y somnolientas que se encuentran en lugares como casas, espacios sagrados, ámbitos de trabajo, grupos de personas y para limpiezas personales.

Desde la quema de pequeñas astillas de romero, hasta el conocido copal o la salvia blanca, han sido las reinas de estas habituales ceremonias. Los inciensos de Icaranda están elaborados de una forma artesana, cuidada, intuitiva y completamente equilibrada y respetuosa con la Naturaleza y el entorno. Cultivadas la mayoría por nosotros, les dedicamos tiempo, cuidados y atención plena. Están recolectadas con consciencia y tranquilidad. Todo este trabajo hace que los atadillos resulten ser bellas creaciones que destilan energía positiva, cercanía, armonía y que desprendan un aroma profundo y cálido. La gran mayoría de las plantas que utilizo para la elaboración de los inciensos son las existentes en la zona Mediterránea y que son bien conocidas por nuestros ancestros: romero, tomillo, lavanda, salvia oficinalis, laurel, cortezas de cítricos, hojas de olivo, de algarrobo o de higuera. Todo un conjunto de sabias naturales.

TOTEBAGS: PIEZAS ELABORADAS CON TEJIDOS NATURALES.

Bolsos hechos a mano con tejidos de alta calidad y con motivos inspirados en la naturaleza. Elaborados con tela de algodón orgánico o lino, pensados para reducir el consumo de plástico.

¿Cuál es tu fuente de inspiración?

Me inspiro cuando paseo por el bosque, entre árboles, me detengo, escucho y siento. También tras una meditación y en silencio, vienen imágenes e ideas. Cuando recolecto plantas y flores. Todo intento hacerlo desde la serenidad y la capación de la belleza.

¿Cómo es el proceso creativo que da como resultado una vela?

Al principio empecé esocgiendo qué cera quería trabajar. La cera es un elemento versátil y el proceso de elaboración se parece al de crear un plato de cocina. Me familiaricé con la manipulación de la cera de soja por ser fácil de tratar al tener un bajo punto de fusión. Los elementos que voy agregando a medida que se solidifica la cera los decido antes de empezar el proceso. Ramitas de canela, rosas desecadas, flores de lavanda, resinas, manzanilla, flores de siempreviva, hojas de laurel y eucalipto, etc. Es como un juego, cada elemento tiene su lugar y es importante intuir cuándo hay demasiados o falta alguno. Escogí los cuencos de barro esmaltado porque me parece que combinan muy bien con los elementos vegetales. Utilizo las mechas de madera porque al prenderlas la llama es intensa y la cera se diluye dejando que los elementos floten en su interior.

¿A qué tipo de público os dirigís? ¿Cada vela la creas pensando en un tipo de persona?

En realidad las personas que conectan con la artesanía de Icaranda son diversas. Creo las velas sin pensar en alguien en concreto. Si ves belleza en ellas, ya es suficiente para llevártelas. Lo mismo ocurre con los inciensos naturales o los totebags.

Como emprendedora, ¿Qué te daba más vértigo al principio?

Sigue dándome vértigo intentar mantenerme con lo que elaboro de forma autónoma, sin depender del mercado laboral a veces mecánico y limitado. Ser artesana es un trabajo que requiere mucha dedicación, tiempo, toma de decisiones desde la innovación y con ayudas y apoyos escasos. Sabes que llegas a las personas porque se conmueven al ver lo que haces, pero el rendimiento económico es bastante inestable. Depende de la asistencia a los mercados artesanales a los que acudo, a las ventas online, a los comercios que confían en mi marca, etc. En definitiva, faltan recursos desde las administraciones para creer que la artesanía, más que ser un hecho puntual, es un medio de subsistencia que utilizarían muchas personas con diferentes vocaciones, si tuvieran su apoyo. El planteamiento para que no de tanto vértigo sería tener un refuerzo administrativo para iniciar proyectos, desarrollarlos y que sean sostenibles desde el inicio.

Lo bueno es que finalmente todas encontramos la forma de trabajar en la artesanía sin que nos desgaste.

¿Hay algún consejo al que te aferras porque te ha ayudado en los momentos de duda?

Cuándo alguna vez he dudado vuelvo a trabajar. Me pongo manos a la obra. Es mi método: que las musas te encuentren trabajando. A partir de ahí confío en mi intuición, aprendizaje, experimentación y ganas de crear. Así se me pasan los temores y las horas. Pero lo más importante para seguir adelante son las personas que están, que se acercan y se interesan por lo que elaboro. Se paran a oler los inciensos naturales, preguntan cómo utilizar la vela o se llevan puesto un totebag. Todo con una gran sonrisa. Eso es lo realmente importante.

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Entrevista a Magari Things

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Entrevista a Magari Things

¿Cómo empezó Magari Things?

“Todo empezó como un juego”. Angelica es bailarina y Juan tenía un estudio de fotografía, Pelutsipelats, aunque ya desde pequeño le encantaba trabajar con las manos, hacía objetos de madera o joyería y la cerámica era algo que tenía pendiente. Así que, compramos una cuña de barro y empezamos a jugar, era como un proyecto juntos, una segunda actividad. Este fue el origen de Magari Things. Primero montaron un pequeño torno, compraron un horno de esmalte y luego, un horno grande de gas, que a día de hoy es el principal. Compramos un primer horno Después vino la pandemia y fuimos hasta Gandía donde vaciamos toda la tienda y compramos todo el gres de alta temperatura que les quedaba. Teníamos todo el tiempo del mundo y queríamos aprovecharlo. Y después de la pandemia empezamos a tener demanda.

Ahora ya nos dedicamos por completo a Magari, aunque Angelica sigue con la danza, con una asociación llamada Esmov

¿Qué significa Magari? ¿De dónde viene el nombre?

Magari en italiano significa “ojalá”, es una expresión que se utiliza mucho en Italia y al principio cuando empezamos era como un deseo de que saliera adelante, “ojalá salga bien”.

Dicen que modelar el barro, comer en platos hechos a mano o disfrutar de una pieza de artista nos une a la tierra y a nuestras raíces ¿Lo veis así vosotros? ¿Cuál es la filosofía de Magari Things?

Nuestra filosofía viene unida a la creatividad, a la necesidad de crear. La cerámica te da la posibilidad de dar vida a cualquier cosa que te plantees, la posibilidad de encontrar un bienestar en tu día a día. La cerámica es un aprendizaje continuo, te enseña la paciencia, la aceptación, el equivocarse. Es más fuerte la materia que el deseo personal de que vaya todo rápido. La frustración aparece porque al trabajar con horno de gas las piezas no siempre salen a la primera, y esto te permite aprender a forjar una paciencia infinita.

¿Por qué horno de gas y no eléctrico?

En un horno de eléctrico controlas más, es ideal para los pedidos que necesitan que salga un producto más uniforme, pero lo nuestro es crear, una cerámica creativa, y el fuego es una materia viva. Todo lo que forma nuestra cerámica son materias vivas, hasta los esmaltes extraídos a partir de minerales como el cobalto, el manganeso… creamos nuestros propios esmaltes, con más carácter, más profundos.

¿Qué tipo de cerámica realizáis?

Cerámica gres de alta temperatura y algo de porcelana, porque estamos orientados a la gastronomía y porque te permite crear piezas más auténticas y llenas de vida, realizadas con materia viva como el fuego. Se cuecen a 1280º de cocción y no llevan plomo. Es una cerámica más creativa. No sale nunca una pieza igual que otra, es la energía de las formas, un trabajo genuino donde menos es más. No las tocamos, no las arreglamos, cada pieza es única.

.

Habéis dicho que os dirigís básicamente a la gastronomía, ¿Cómo fue esto? ¿Por qué este sector?

La experiencia de Juan como fotógrafo le hizo tener amistades con restaurantes, así los primeros platos que hicimos fue para Quique Dacosta, después le siguió Tula y así hasta hoy.

Aunque tenemos dos líneas de trabajo, una por placer, crear piezas nuestras para la tienda y la otra línea, por encargo, en la que hay clientes que tienen las ideas claras y otros te dejan más espacio para la creatividad.

¿En qué os inspiráis?

Un recurso que siempre vuelve es el tema del mar, tenemos una influencia fuerte del mar, de lo orgánico, las texturas, de sacar el potencial a la tierra. La transformación de los objetos cotidianos que tenemos en casa a objetos hechos a mano. Pensamos siempre en una base funcional, que podamos utilizar y otra basa estética, que aporta sencillez, espontaneidad, piezas no demasiado trabajadas, nos gusta más que hablen los esmaltes, porque al final estos son minerales, dejar que actúen y saquen su carácter, eso es lo que nos gusta y nos inspira.

¿Cómo es la creación de una pieza Magari? Y ¿Cuál es el momento más emocionante de esta creación.

Para crear estas obras empleamos 3 técnicas: el torno (para ensaladeras, botellas, vasijas), el modelado a mano y la colada. Esmaltar y hornear es el momento pánico. Abrir el horno es una sorpresa porque no sabes como va a salir.

Otra técnica que utilizamos en la cocción Raku, una cerámica decorativa con cocciones rápidas. Es apasionante ver en directo como se transforman las materias vivas, es muy orgánico, es una materia muy presente. Es una técnica de cocción en la que intervienen los 4 elementos.

Habéis dicho que Magari es un proyecto autodidacta, pero ¿Quién es vuestro maestro?

Manuel de la Cruz, arquitecto, artista, acuarelista y ceramista. Es nuestra fuente de inspiración, motivación porque después de 30 años sigue buscando e investigando. Nos ayuda por placer, es extremadamente sensible y con una capacidad creativa brutal. Él nos ayudó y nos guió con los esmaltes artesanales, una manera más sana de hacer los esmaltados sin plomo.

Al final el “ojalá salga bien” se cumplió y Magari Things ha decidido crecer y asentarse. Cuando crees en un proyecto y confías, esta confianza hace que funcione. Realizan experiencias de iniciación a la cerámica compartiendo sus conocimientos para que puedas probar y si te gusta adentrarte en este mundo. Y Angelica por su parte, sigue con Esmov, arte en movimiento, una asociación que pretende divulgar el movimiento como forma de arte y que propone diferentes encuentros de investigación para todo el mundo con proyectos al aire libre para recuperar espacios. Encontrar en el cuerpo y el movimiento una expresión, no hay juicio, no hay vergüenzas. Una danza muy auténtica que pasa una vez, es muy real, aquí y ahora.

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Entrevista a Magari Things

¿Cómo empezó Magari Things?

“Todo empezó como un juego”. Angelica es bailarina y Juan tenía un estudio de fotografía, Pelutsipelats, aunque ya desde pequeño le encantaba trabajar con las manos, hacía objetos de madera o joyería y la cerámica era algo que tenía pendiente. Así que, compramos una cuña de barro y empezamos a jugar, era como un proyecto juntos, una segunda actividad. Este fue el origen de Magari Things. Primero montaron un pequeño torno, compraron un horno de esmalte y luego, un horno grande de gas, que a día de hoy es el principal. Compramos un primer horno Después vino la pandemia y fuimos hasta Gandía donde vaciamos toda la tienda y compramos todo el gres de alta temperatura que les quedaba. Teníamos todo el tiempo del mundo y queríamos aprovecharlo. Y después de la pandemia empezamos a tener demanda.

Ahora ya nos dedicamos por completo a Magari, aunque Angelica sigue con la danza, con una asociación llamada Esmov

¿Qué significa Magari? ¿De dónde viene el nombre?

Magari en italiano significa “ojalá”, es una expresión que se utiliza mucho en Italia y al principio cuando empezamos era como un deseo de que saliera adelante, “ojalá salga bien”.

Dicen que modelar el barro, comer en platos hechos a mano o disfrutar de una pieza de artista nos une a la tierra y a nuestras raíces ¿Lo veis así vosotros? ¿Cuál es la filosofía de Magari Things?

Nuestra filosofía viene unida a la creatividad, a la necesidad de crear. La cerámica te da la posibilidad de dar vida a cualquier cosa que te plantees, la posibilidad de encontrar un bienestar en tu día a día. La cerámica es un aprendizaje continuo, te enseña la paciencia, la aceptación, el equivocarse. Es más fuerte la materia que el deseo personal de que vaya todo rápido. La frustración aparece porque al trabajar con horno de gas las piezas no siempre salen a la primera, y esto te permite aprender a forjar una paciencia infinita.

¿Por qué horno de gas y no eléctrico?

En un horno de eléctrico controlas más, es ideal para los pedidos que necesitan que salga un producto más uniforme, pero lo nuestro es crear, una cerámica creativa, y el fuego es una materia viva. Todo lo que forma nuestra cerámica son materias vivas, hasta los esmaltes extraídos a partir de minerales como el cobalto, el manganeso… creamos nuestros propios esmaltes, con más carácter, más profundos.

¿Qué tipo de cerámica realizáis?

Cerámica gres de alta temperatura y algo de porcelana, porque estamos orientados a la gastronomía y porque te permite crear piezas más auténticas y llenas de vida, realizadas con materia viva como el fuego. Se cuecen a 1280º de cocción y no llevan plomo. Es una cerámica más creativa. No sale nunca una pieza igual que otra, es la energía de las formas, un trabajo genuino donde menos es más. No las tocamos, no las arreglamos, cada pieza es única.

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Habéis dicho que os dirigís básicamente a la gastronomía, ¿Cómo fue esto? ¿Por qué este sector?

La experiencia de Juan como fotógrafo le hizo tener amistades con restaurantes, así los primeros platos que hicimos fue para Quique Dacosta, después le siguió Tula y así hasta hoy.

Aunque tenemos dos líneas de trabajo, una por placer, crear piezas nuestras para la tienda y la otra línea, por encargo, en la que hay clientes que tienen las ideas claras y otros te dejan más espacio para la creatividad.

¿En qué os inspiráis?

Un recurso que siempre vuelve es el tema del mar, tenemos una influencia fuerte del mar, de lo orgánico, las texturas, de sacar el potencial a la tierra. La transformación de los objetos cotidianos que tenemos en casa a objetos hechos a mano. Pensamos siempre en una base funcional, que podamos utilizar y otra basa estética, que aporta sencillez, espontaneidad, piezas no demasiado trabajadas, nos gusta más que hablen los esmaltes, porque al final estos son minerales, dejar que actúen y saquen su carácter, eso es lo que nos gusta y nos inspira.

¿Cómo es la creación de una pieza Magari? Y ¿Cuál es el momento más emocionante de esta creación.

Para crear estas obras empleamos 3 técnicas: el torno (para ensaladeras, botellas, vasijas), el modelado a mano y la colada. Esmaltar y hornear es el momento pánico. Abrir el horno es una sorpresa porque no sabes como va a salir.

Otra técnica que utilizamos en la cocción Raku, una cerámica decorativa con cocciones rápidas. Es apasionante ver en directo como se transforman las materias vivas, es muy orgánico, es una materia muy presente. Es una técnica de cocción en la que intervienen los 4 elementos.

Habéis dicho que Magari es un proyecto autodidacta, pero ¿Quién es vuestro maestro?

Manuel de la Cruz, arquitecto, artista, acuarelista y ceramista. Es nuestra fuente de inspiración, motivación porque después de 30 años sigue buscando e investigando. Nos ayuda por placer, es extremadamente sensible y con una capacidad creativa brutal. Él nos ayudó y nos guió con los esmaltes artesanales, una manera más sana de hacer los esmaltados sin plomo.

Al final el “ojalá salga bien” se cumplió y Magari Things ha decidido crecer y asentarse. Cuando crees en un proyecto y confías, esta confianza hace que funcione. Realizan experiencias de iniciación a la cerámica compartiendo sus conocimientos para que puedas probar y si te gusta adentrarte en este mundo. Y Angelica por su parte, sigue con Esmov, arte en movimiento, una asociación que pretende divulgar el movimiento como forma de arte y que propone diferentes encuentros de investigación para todo el mundo con proyectos al aire libre para recuperar espacios. Encontrar en el cuerpo y el movimiento una expresión, no hay juicio, no hay vergüenzas. Una danza muy auténtica que pasa una vez, es muy real, aquí y ahora.

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Artesanía, la belleza de lo hecho a mano

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Artesanía, la belleza de lo hecho a mano

Hace siglos que en nuestra comarca se da la artesanía como un modo de vida. Gata de Gorgos siempre ha sido famosa por sus productos y muebles de mimbre, rattan, esparto y médula. Artesanos de siempre que con mucho cariño se juntaban y hacían a mano verdaderas obras de arte. Así mismo, pasaba con el vino, la mistela y otro tipo de oficios artesanos que hoy en día, no es que sigan vigentes, sino que se han revalorizado.

La artesanía vuelve a ser un valor en alza y más que nunca, la artesanía es la clave de la exclusividad, de lo auténtico.

Hemos parado, reflexionado y hemos dado valor a lo que realmente lo tiene. Aplaudimos este respeto por recuperar las tradiciones más ancestrales, esas que nos conectan con nosotros mismos, con nuestra naturaleza. Conectamos y admiramos el “hecho a mano” y el duro trabajo que supone producir y vender a pequeña escala. No es alta costura: es alta artesanía.

La artesanía está de moda, y es que en ella se aúnan además de una exclusividad de un objeto único y genuino, la sostenibilidad. Productos duraderos realizados de la manera más natural posible, con elementos vivos. A mano, claro. Por eso, los artesanos hoy son tan valiosos. Y la Marina Alta es una gran potencia en lo artesanal. Antes era tradicional, algo que se pasaba de generación en generación, hoy, es más vocacional, dándose en ella, la creatividad, la innovación y el diseño.

La artesanía es libertad. Libertad de ser, de crear, de estar y pertenecer y el valor que ahora tiene es símbolo de que las generaciones van cambiando su paradigma de valores, de estilo de vida, priorizando el tiempo y la libertad de movimiento. Y que una marca o un diseñador como las grandes firmas de moda, apuesten por la artesanía siempre será una declaración de intenciones que ayudará a mantenerla en lo más top del iceberg.

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Artesanía, la belleza de lo hecho a mano

Hace siglos que en nuestra comarca se da la artesanía como un modo de vida. Gata de Gorgos siempre ha sido famosa por sus productos y muebles de mimbre, rattan, esparto y médula. Artesanos de siempre que con mucho cariño se juntaban y hacían a mano verdaderas obras de arte. Así mismo, pasaba con el vino, la mistela y otro tipo de oficios artesanos que hoy en día, no es que sigan vigentes, sino que se han revalorizado.

La artesanía vuelve a ser un valor en alza y más que nunca, la artesanía es la clave de la exclusividad, de lo auténtico.

Hemos parado, reflexionado y hemos dado valor a lo que realmente lo tiene. Aplaudimos este respeto por recuperar las tradiciones más ancestrales, esas que nos conectan con nosotros mismos, con nuestra naturaleza. Conectamos y admiramos el “hecho a mano” y el duro trabajo que supone producir y vender a pequeña escala. No es alta costura: es alta artesanía.

La artesanía está de moda, y es que en ella se aúnan además de una exclusividad de un objeto único y genuino, la sostenibilidad. Productos duraderos realizados de la manera más natural posible, con elementos vivos. A mano, claro. Por eso, los artesanos hoy son tan valiosos. Y la Marina Alta es una gran potencia en lo artesanal. Antes era tradicional, algo que se pasaba de generación en generación, hoy, es más vocacional, dándose en ella, la creatividad, la innovación y el diseño.

La artesanía es libertad. Libertad de ser, de crear, de estar y pertenecer y el valor que ahora tiene es símbolo de que las generaciones van cambiando su paradigma de valores, de estilo de vida, priorizando el tiempo y la libertad de movimiento. Y que una marca o un diseñador como las grandes firmas de moda, apuesten por la artesanía siempre será una declaración de intenciones que ayudará a mantenerla en lo más top del iceberg.

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Slow Eating, un costumbre mediterránea muy nuestra

Slow Eating, un costumbre mediterránea muy nuestra

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Slow Eating, un costumbre mediterránea muy nuestra

Creemos que no tenemos tiempo, porque vamos siempre como pollo sin cabeza, sin detenernos y organizándolo todo para que la vida no nos dé de sí.

Y es que aunque tengamos media hora para comer, la convertimos en 15 min. y seguimos acelerando este momento que debería ser placentero y consciente hasta reducirlo a ¿unos 10 minutos como mucho?, en los que engullimos en lugar de masticar. Ni siquiera pensamos en qué estamos comiendo.

¿Te has parado a disfrutar de los sabores de tu comida diaria? ¿o solo recuerdas aquellos que un día pudiste disfrutar sin prisas y cuyo sabor se quedó fijo en el inconsciente creando recuerdos de nostalgia o tal vez ansiedad por volver a probar ese bocado tan exquisito que jamás has vuelto a sentir?

Muchas investigaciones han demostrado que comer despacio tiene gran cantidad de beneficios para nuestra salud:
  • Si masticas despacio y tu tiempo de comer dura al menos 20 minutos, te sientes más lleno y la sensación de hambre tarda mucho más en volver a aparecer.
  • Tienes una mejor digestión.
  • Ayuda a mantener nuestro peso adecuado e incluso a adelgazar, saciándote antes, comes mucho menos.

Comer rápido solo nos trae malas digestiones, aumento de peso porque nunca tienes la sensación de estar saciado, comes en bocados más grandes que masticas menos y las digestiones se han más largas, el estómago sufre más.

Cómer despacio se asocia también a alimentos más nuestros, a los guisos que siempre han elaborado nuestras abuelas, a la comida casera, a lo tradicional y hecho con mucho cariño para disfrutar sin prisas. Comer rápido está ligado al fast food, al comer en 5 min. Es imposible disfrutar del momento, conocer el sabor real del alimento, ni siquiera ser consciente de qué estás comiendo.

 

Te proponemos empezar a practicar el slow eating, con una forma más consciente de comer:
  • Deja los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.
  • Da bocados pequeños.
  • Mastica 20 veces cada alimento.
  • Pregúntate a qué sabe cada bocado, qué temperatura tiene, te gusta su textura…

Solo con estos pequeños pasos ya estás siendo un poco más consciente y te vas acercando al slow eating.

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Slow Eating, un costumbre mediterránea muy nuestra

Creemos que no tenemos tiempo, porque vamos siempre como pollo sin cabeza, sin detenernos y organizándolo todo para que la vida no nos dé de sí.

Y es que aunque tengamos media hora para comer, la convertimos en 15 min. y seguimos acelerando este momento que debería ser placentero y consciente hasta reducirlo a ¿unos 10 minutos como mucho?, en los que engullimos en lugar de masticar. Ni siquiera pensamos en qué estamos comiendo.

¿Te has parado a disfrutar de los sabores de tu comida diaria? ¿o solo recuerdas aquellos que un día pudiste disfrutar sin prisas y cuyo sabor se quedó fijo en el inconsciente creando recuerdos de nostalgia o tal vez ansiedad por volver a probar ese bocado tan exquisito que jamás has vuelto a sentir?

Muchas investigaciones han demostrado que comer despacio tiene gran cantidad de beneficios para nuestra salud:
  • Si masticas despacio y tu tiempo de comer dura al menos 20 minutos, te sientes más lleno y la sensación de hambre tarda mucho más en volver a aparecer.
  • Tienes una mejor digestión.
  • Ayuda a mantener nuestro peso adecuado e incluso a adelgazar, saciándote antes, comes mucho menos.

Comer rápido solo nos trae malas digestiones, aumento de peso porque nunca tienes la sensación de estar saciado, comes en bocados más grandes que masticas menos y las digestiones se han más largas, el estómago sufre más.

Cómer despacio se asocia también a alimentos más nuestros, a los guisos que siempre han elaborado nuestras abuelas, a la comida casera, a lo tradicional y hecho con mucho cariño para disfrutar sin prisas. Comer rápido está ligado al fast food, al comer en 5 min. Es imposible disfrutar del momento, conocer el sabor real del alimento, ni siquiera ser consciente de qué estás comiendo.

 

Te proponemos empezar a practicar el slow eating, con una forma más consciente de comer:
  • Deja los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.
  • Da bocados pequeños.
  • Mastica 20 veces cada alimento.
  • Pregúntate a qué sabe cada bocado, qué temperatura tiene, te gusta su textura…

Solo con estos pequeños pasos ya estás siendo un poco más consciente y te vas acercando al slow eating.

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Es tiempo de sol playa y amigos

Es tiempo de sol playa y amigos

Slowbeauty

Es tiempo de sol, playa y amigos.

El verano es para disfrutarlo con amigos.

En las playas de la Marina Alta, la gente queda con los amigos. Los más jóvenes practican su deporte acuático favorito: paddle surf, surf, vela, etc. O se apuntan para aprenderlo de nuevo. Otros quedan en el chiringuito de moda para tomarse unas cervezas y compartir su semana. Los mayores toman el sol con precaución bajo una sombrilla. Yendo al mar de vez en cuando para no quedarse deshidratados y disfrutar de un baño refrescante o dando un paseo a lo largo de la orilla simplemente charlando y mojándose los pies.

Los más pequeños chapotean, corren, juegan con la arena y conocen amigos nuevos que solo son amigos de verano. Pero que logran que sea el mejor verano de sus vidas.

Existe un momento sobre los 13 años en el que te das cuenta que tu grupo era más que unos simples amigos y te distancias de los padres marcando diferencia y espacio. Porque en este grupo es donde pasan cosas, como los primeros amores de verano.

Esto no cambia con los años ni con las generaciones, sigue siendo así. El verano sigue estando unido al sol, a la playa y a los amigos. Cuando crecemos no hay tiempo de pasar tardes enteras tumbados al sol. Pero al salir del trabajo, las pandillas se acercan a la playa con su bocadillo o tupper para terminar el día con un relajado baño y la brisa del mar.

O simplemente quedan para tomar algo al salir del trabajo en su terraza preferida, la de siempre. La de cada verano o en ese bar que han abierto nuevo este verano y que se mueren de ganas por probarlo. El verano es símbolo de juventud. Hasta el más mayor se siente joven, invita a salir, parece que el despertador no suene y los días se alargan hasta las tantas. Porque lo importante es disfrutar y vivir intensamente estos meses en los que todo parece cobrar una vida con más chispa.

El denominador común de todas estas escenas es la amistad. Y es que bajo los rayos del sol y a orillas del mar, la amistad brilla como nunca. Es suficiente para confirmar que un verano con amigos es el mejor verano que podemos imaginar, aunque se manifiesten solo durante las vacaciones, a veces duran los 3 meses de verano, otras solo 15 días. Lo cierto es que nos ayudan a ser la mar de felices durante la temporada estival.

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Es tiempo de sol, playa y amigos.

El verano es para disfrutarlo con amigos.

En las playas de la Marina Alta, la gente queda con los amigos. Los más jóvenes practican su deporte acuático favorito: paddle surf, surf, vela… o se apuntan para aprenderlo de nuevo, otros quedan en el chiringuito de moda para tomarse unas cervezas y compartir su semana. Los mayores toman el sol con precaución bajo una sombrilla, yendo al mar de vez en cuando para no quedarse deshidratados y disfrutar de un baño refrescante o dando un paseo a lo largo de la orilla simplemente charlando y mojándose los pies.

Los más pequeños chapotean, corren, juegan con la arena y conocen amigos nuevos que solo son amigos de verano, pero que logran que sea el mejor verano de sus vidas.

Existe un momento sobre los 13 años en el que te das cuenta que tu grupo era más que unos simples amigos y te distancias de los padres marcando diferencia y espacio, porque en este grupo es donde pasan cosas, como los primeros amores de verano.

Esto no cambia con los años ni con las generaciones, sigue siendo así. El verano sigue estando unido al sol, a la playa y a los amigos. Cuando crecemos no hay tiempo de pasar tardes enteras tumbados al sol, pero al salir del trabajo, las pandillas se acercan a la playa con su bocadillo o tupper para terminar el día con un relajado baño y la brisa del mar.

O simplemente quedan para tomar algo al salir del trabajo en su terraza preferida, la de siempre, la de cada verano o en ese bar que han abierto nuevo este verano y que se mueren de ganas por probarlo. El verano es símbolo de juventud, hasta el más mayor se siente joven, invita a salir, parece que el despertador no suene y los días se alargan hasta las tantas, porque lo importante es disfrutar y vivir intensamente estos meses en los que todo parece cobrar una vida con más chispa.

El denominador común de todas estas escenas es la amistad. Y es que bajo los rayos del sol y a orillas del mar, la amistad brilla como nunca, y es suficiente para confirmar que un verano con amigos es el mejor verano que podemos imaginar, aunque se manifiesten solo durante las vacaciones, a veces duran los 3 meses de verano, otras solo 15 días, lo cierto es que nos ayudan a ser la mar de felices durante la temporada estival.

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¿Cómo escoger el mejor protector solar?

¿Cómo escoger el mejor protector solar?

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Seguro estás deseando que llegue ya el veranito, y es normal, es la estación más deseada por casi todo el mundo. Los días se alargan, apetece más estar al aire libre… pero también tenemos muchas más horas de sol y esto afecta a nuestra piel, que tiene que realizar un esfuerzo extra para mantenerse hidratada y protegida.

Es imprescindible que durante el verano la cuidemos con un tratamiento específico y adecuado para nuestro tipo de piel, además de mantenerla hidratada, limitará la aparición de manchas, evitará el envejecimiento prematuro y el causado por el estrés, que también oxida nuestra piel.

La piel tiene memoria y cada vez que llega el verano saca a la luz esa machita solar que hace tiempo se formó por un descuido o por no cuidarla lo suficiente. Por eso, es tan importante que tomemos el sol con precaución y con mucha conciencia, ¿A qué horas tomas el sol? ¿Usas algún tipo de crema? ¿Qué tipo de crema usas para protegerte? ¿Tienes manchas solares, te suelen salir enrojecimiento, dolor, picazón, ampollas? ¿La crema que utilizas es adecuada para tu tipo de piel? Solo si el ritual solar es correcto, nuestra piel estará bien cuidada.

¿Cómo elegir el mejor protector solar facial?

3 son los factores que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir el protector solar ideal para tu piel:

  • El factor de protección solar (FPS o SPF). El factor mínimo recomendado por expertos es del 15, ahora bien si tu piel es delicada, tiene enrojecimientos, manchas u otro tipo de síntoma que el sol pueda acentuar o empeorar, deberás elegir un protector solar facial con el máximo de protección. Esthederm tiene varios que son ideales para este tipo de pieles: No Sun, una crema solar que de alta tolerancia 100% mineral que protege y respeta las sensibilidades específicas.
  • El tipo de piel. Según sea nuestra piel necesitaremos un protector u otro. Si tenemos manchas solares, deberemos utilizar un protector que reduzca la aparición de estas manchas y proteja las que ya tenemos. Si nuestra piel es alérgica al sol, necesitaremos un protector solar facial de máxima protección para que los rayos del sol no le afecten lo más mínimo.
  • La edad. ¿Sabías que hay protectores solares que además también previenen el envejecimiento causado por el exceso de sol? No es lo mismo la protección que necesita la piel de un bebé que la que pueda necesitar una persona mayor. Todos necesitamos protección, lo importante es conocer qué tipo es la más adecuada.

Si no conoces qué tipo de piel tienes puedes realizarte un diagnóstico solar en tu centro de estética de confianza, así descubrirás qué tipo de protector solar es el ideal para ti, e inclúyela en tu rutina diaria de belleza.

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Seguro estás deseando que llegue ya el veranito, y es normal, es la estación más deseada por casi todo el mundo. Los días se alargan, apetece más estar al aire libre… pero también tenemos muchas más horas de sol y esto afecta a nuestra piel, que tiene que realizar un esfuerzo extra para mantenerse hidratada y protegida.

Es imprescindible que durante el verano la cuidemos con un tratamiento específico y adecuado para nuestro tipo de piel, además de mantenerla hidratada, limitará la aparición de manchas, evitará el envejecimiento prematuro y el causado por el estrés, que también oxida nuestra piel.

La piel tiene memoria y cada vez que llega el verano saca a la luz esa machita solar que hace tiempo se formó por un descuido o por no cuidarla lo suficiente. Por eso, es tan importante que tomemos el sol con precaución y con mucha conciencia, ¿A qué horas tomas el sol? ¿Usas algún tipo de crema? ¿Qué tipo de crema usas para protegerte? ¿Tienes manchas solares, te suelen salir enrojecimiento, dolor, picazón, ampollas? ¿La crema que utilizas es adecuada para tu tipo de piel? Solo si el ritual solar es correcto, nuestra piel estará bien cuidada.

¿Cómo elegir el mejor protector solar facial?

3 son los factores que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir el protector solar ideal para tu piel:

  • El factor de protección solar (FPS o SPF). El factor mínimo recomendado por expertos es del 15, ahora bien si tu piel es delicada, tiene enrojecimientos, manchas u otro tipo de síntoma que el sol pueda acentuar o empeorar, deberás elegir un protector solar facial con el máximo de protección. Esthederm tiene varios que son ideales para este tipo de pieles: No Sun, una crema solar que de alta tolerancia 100% mineral que protege y respeta las sensibilidades específicas.
  • El tipo de piel. Según sea nuestra piel necesitaremos un protector u otro. Si tenemos manchas solares, deberemos utilizar un protector que reduzca la aparición de estas manchas y proteja las que ya tenemos. Si nuestra piel es alérgica al sol, necesitaremos un protector solar facial de máxima protección para que los rayos del sol no le afecten lo más mínimo.
  • La edad. ¿Sabías que hay protectores solares que además también previenen el envejecimiento causado por el exceso de sol? No es lo mismo la protección que necesita la piel de un bebé que la que pueda necesitar una persona mayor. Todos necesitamos protección, lo importante es conocer qué tipo es la más adecuada.

Si no conoces qué tipo de piel tienes puedes realizarte un diagnóstico solar en tu centro de estética de confianza, así descubrirás qué tipo de protector solar es el ideal para ti, e inclúyela en tu rutina diaria de belleza.

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