Hay recetas que no necesitan presentación. Ni fuegos, ni prisas. Solo producto bueno, d’ací. De temporada. De verdad.
El verano en la Costa Blanca sabe a mar y a siesta, a brisa en la piel y a tierra seca cargada de dulzura. Y si hay un bocado que resume todo eso en una sola mordida, es este: pan, aceite, sal… y bacora.
La bacora —como llamamos en la terreta al higo morado— es uno de esos frutos que solo duran lo justo, y tal vez por eso se esperan con tanto deseo. Su carne dulce, casi melosa, contrasta de maravilla con un buen pan de la panadería del pueblo, un chorrito de aceite virgen extra y un pellizco de sal marina. Y ya está. Nada más. Ni nada menos.
No hay cocina con estrella que supere este ritual de pueblo: cortar la bacora, abrirla con los dedos, aplastarla un poco sobre el pan aún tibio y dejar que el aceite se mezcle con ese jugo violeta que anuncia que el verano entra en su recta final.
Es un desayuno. Es una merienda. Es una cena ligera después de una tarde de calor. Es una forma de volver a lo sencillo y rendirse al producto de kilómetro cero, al sabor de lo que nunca falla.
En tiempos de cocinas sofisticadas, recuperar estas recetas humildes es también un acto de memoria. Porque no solo alimentan el cuerpo: alimentan el alma, evocan tardes en la terraza con la abuela, veranos eternos sin reloj y meriendas con los pies descalzos.
Este verano, antes de que se acaben les bacores… haz la prueba. Busca higos del terreno, un pan de verdad, aceite bueno y sal en escamas. Y entonces lo sabrás: no hay receta más nuestra y más veraniega que esta.
Si hay un sabor que define el verano en la Marina Alta, es el del tomate maduro, jugoso y lleno de sol.🍅 Tomates del terreno y 3 recetas para saborear el verano. Porque aquí, en nuestra terreta, los tomates no saben igual: saben a campo, a tradición, a huerta cuidada con mimo y a ese Mediterráneo que lo hace todo más sabroso.
Y es que cuando el producto es bueno, no hace falta complicarse. Hoy te traemos 3 recetas fáciles, frescas y deliciosas para aprovechar esta fruta estrella de la temporada y disfrutar de los tomates d’ací como se merecen.
🥗 Ensalada fresca con canónigos, rúcula, tomate, queso feta y piñones
Una ensalada colorida, ligera y con un toque mediterráneo ideal para almuerzos o cenas de verano.
Ingredientes: – Tomates maduros cortados en gajos o cubos – Mezcla de canónigos y rúcula – Queso feta desmenuzado – Piñones (puedes tostar ligeramente) o nueces picadas – Aceite de oliva virgen extra y un chorrito de vinagre balsámico
Tip d’ací: Añade unas hojas de albahaca fresca y una pizca de sal en escamas para darle un plus de sabor.
🍅 Gazpacho o salmorejo con tomate del terreno
No hay verano sin gazpacho o su versión más cremosa, el salmorejo. Todo gira alrededor de unos tomates de verdad, bien rojos y llenos de sabor.
Ingredientes (básicos para ambas recetas):
– Tomates maduros – Pan duro (para el salmorejo) – Pimiento verde, pepino, ajo – Aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal
– Añade pimiento y pepino para el gazpacho.
Tritura todo bien, enfría y acompaña con huevo duro y jamón (en el caso del salmorejo) o con cubitos de verdura para el gazpacho. Sencillo, nutritivo y espectacularmente sabroso.
🐟 Tomate con anchoas y buen aceite de oliva
Un clásico de toda la vida que no necesita presentación. Si tienes buenos tomates y unas buenas anchoas, el plato se hace solo.
Ingredientes:
– Tomates bien maduros, cortados en rodajas – Anchoas en conserva de calidad – Aceite de oliva virgen extra – (Opcional) Acompaña con aceitunas negras y una pizca de orégano
Ideal como entrante, tapa o cena ligera. ¡Menos es más cuando el tomate es bueno!
¿Dónde comprar los mejores tomates?
La clave está en apostar por producto local y de temporada. Por suerte, en la Marina Alta tenemos mercados y mercadillos donde puedes encontrar tomates recién recogidos, cultivados en pequeñas huertas y cargados de sabor.
🔸 Mercat del Riurau (Jesús Pobre, domingos): Un clásico imprescindible para encontrar frutas y verduras de proximidad, además de productos artesanos. 🔸 Rastro de Pedreguer y Rastro de El Verger los domingos: Ideales para comprar fruta fresca directamente de pequeños agricultores. 🔸 Mercadillos semanales en pueblos como Xàbia, Gata, Dénia o Benissa, donde el producto de temporada es el protagonista.
🌿 Comer bien, vivir mejor y hacerlo con lo que nos da la tierra. Esa es la auténtica vida d’ací. Este verano, llena tu mesa de tomates del terreno y saborea la huerta mediterránea en su mejor momento.
Los pasteles de boniato, o “pastissets de moniato,” son un clásico de la repostería valenciana, especialmente en la Marina Alta en Navidad. Su combinación de masa crujiente y el relleno dulce y suave de boniato hace de este dulce una auténtica delicia.
Ingredientes para el relleno del boniato:
500 g de boniato
200 g de azúcar
Ralladura de limón
1 cucharadita de canela en polvo
Ingredientes:
500 g de harina de trigo
200 ml de aceite de oliva
100ml de anís
100ml de vino moscatel
Azúcar para espolvorear
Preparación
1. Relleno de boniato:
– Cuece los boniatos hasta que estén tiernos. Pela y tritura hasta obtener un puré suave.
– Añade el azúcar, la ralladura de limón y la canela, y mezcla hasta integrar bien. Reserva el relleno.
2. Masa:
– Calienta el aceite en una sartén hasta que esté caliente pero sin llegar a humear.
– Añade el anís y el moscatel, removiendo para que se mezclen bien.
– En un bol grande, coloca la harina y vierte la mezcla de aceite y anís. Amasa hasta obtener una masa homogénea.
3. Montaje:
– Extiende la masa sobre una superficie enharinada y corta círculos pequeños.
– Coloca una cucharadita de relleno de boniato en el centro de cada círculo, dóblalos y presiona los bordes para cerrarlos bien.
– Hornea a 180ºC durante 20-25 minutos, hasta que los pasteles estén dorados.
4. Toque final:
– Una vez fríos, espolvorea con azúcar y disfruta de estos tradicionales pasteles de boniato.
Ya lo tienes todo listo para disfrutar de un verdado manjar de la Marina Alta. Cada bocado te transportará a un paraíso del sabor. Este Navidad prueba el mejor sabor.
El puchero de Navidad es mucho más que un plato, es el alma de muchas mesas familiares durante las fiestas. Su elaboración lenta y cuidadosa reúne los mejores ingredientes para crear un caldo lleno de sabor, acompañado de carnes tiernas y verduras perfectamente cocidas. Es el plato perfecto para disfrutar en los días más fríos, rodeados de seres queridos. Si quieres preparar una versión tradicional y deliciosa, aquí tienes la receta paso a paso.
Ingredientes (para 6 personas)
500 g de boniato
1/2 kg de carne de ternera (jarrete o morcillo)
1/4 kg de carne de cerdo (tocino o costilla)
1/2 gallina o pollo
1 hueso de jamón
1 trozo de tocino fresco
2 zanahorias
2 puerros
1 nabo
1 chirivía
1 patata grande
Sal al gusto
Fideos finos (para la sopa, opcional)
Elaboración:
Cuece los garbanzos:
En una olla grande con agua fría, añade los garbanzos previamente remojados y ponlos a cocer a fuego medio.
Añade las carnes:
Incorpora la ternera, el cerdo, la gallina, el hueso de jamón y el tocino.
Deja que hierva y retira la espuma que se forma en la superficie para un caldo más limpio.
Añade las verduras:
Pela y corta las zanahorias, puerros, nabo, chirivía y patata en trozos grandes. Añádelos a la olla.
Cocina todo a fuego lento durante 2-3 horas, removiendo ocasionalmente y rectificando la sal.
Prepara la sopa:
Saca el caldo y, si deseas, añade fideos finos. Cocina según el tiempo indicado en el paquete.
Sirve:
Presenta el caldo como primer plato.
Sirve las carnes y las verduras en una bandeja aparte para que cada comensal elija lo que prefiera.
El puchero de Navidad no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Su caldo reconfortante y su generosidad de ingredientes simbolizan la abundancia y la unión familiar tan propias de estas fechas. Disfrutar de un buen puchero es una forma de rendir homenaje a nuestras tradiciones culinarias y de reunir a la familia alrededor de una mesa cargada de amor y sabor. Prepáralo esta Navidad y deja que su aroma impregne tu hogar, creando momentos únicos e inolvidables.
Los buñuelos de calabaza son una joya de la repostería tradicional valenciana, ideales para disfrutar durante las festividades navideñas o en cualquier momento especial. Con su sabor dulce, su aroma inconfundible y esa textura esponjosa que los caracteriza, no pueden faltar en tu mesa. ¿Quieres aprender a prepararlos y sorprender a tus seres queridos? ¡Vamos a ello!
Ingredientes:
500 g de calabaza
300 g de harina de fuerza
25 g de levadura fresca
1/2 vaso de agua tibia
Una pizca de sal
Aceite de girasol para freír
Azúcar para espolvorear
Preparación
Cuece la calabaza: Pela y corta la calabaza en trozos. Cuécela en agua hasta que esté muy tierna. Escurre bien para eliminar el exceso de agua y tritúrala hasta obtener un puré suave.
Prepara la masa:
Disuelve la levadura en el agua tibia.
En un bol grande, mezcla la calabaza triturada con la harina y una pizca de sal.
Añade la levadura disuelta y amasa bien hasta que obtengas una masa homogénea y algo pegajosa.
Cubre el bol con un paño limpio y deja reposar la masa durante 1 hora o hasta que doble su tamaño.
Fríe los buñuelos:
Calienta abundante aceite en una sartén profunda.
Con las manos húmedas, forma pequeñas bolas de masa, haz un agujero en el centro (opcional) y fríelas en el aceite caliente hasta que estén doradas.
Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Espolvorea con azúcar: Sirve los buñuelos espolvoreados con azúcar y disfrútalos calientes.
Preparar buñuelos de calabaza es más que una receta, es una tradición que conecta generaciones. Cada bocado es un viaje a los sabores de antaño, una forma de compartir dulces momentos en familia y de mantener viva la esencia de nuestras raíces. Así que esta Navidad, anímate a preparar estos deliciosos buñuelos, llena tu hogar de aromas irresistibles y crea recuerdos imborrables en torno a una receta que nunca pasa de moda
El “all i pebre” es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía valenciana y su origen está vinculado a la Albufera de Valencia, donde tradicionalmente se elabora con anguila. El nombre del plato proviene de sus ingredientes ajo (all) y pimienta (pebre). Su origen está en la cocina humilde y marinera. Nació como una receta sencilla de pescadores que aprovechaban los productos frescos del mar, acompañándolos con una salsa de ajo y pimentón, dos ingredientes básicos de la cocina mediterránea. Y aquí tenéis la receta típica.
Ingredientes:
1 kg de anguilas limpias y cortadas en trozos
4 patatas peladas y cortadas en rodajas gruesas
1 cabeza de ajos pelados y picados finamente
1 cebolla pelada y picada finamente
1 pimiento rojo pelado y picado finamente
2 tomates maduros pelados y rallados o triturados
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra al gusto
1 cucharada de pimentón dulce
1 hoja de laurel
Agua
Preparación
En una cazuela grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto y sofríe la cebolla, el pimiento rojo y la cabeza de ajos picados durante unos 10 minutos, o hasta que estén suaves y dorados.
Agrega los tomates pelados y rallados, el pimentón dulce y la hoja de laurel. Cocina durante unos minutos más.
Agrega los trozos de anguila a la cazuela y cocina durante unos minutos más, hasta que estén dorados por ambos lados.
Agrega las patatas cortadas en rodajas y suficiente agua para cubrir todos los ingredientes en la cazuela.
Sazona con sal y pimienta negra al gusto, y cocina a fuego medio durante unos 30-40 minutos, o hasta que las patatas estén tiernas y el guiso tenga una textura espesa.
Prueba el guiso y ajusta la sazón si es necesario.
Sirve caliente en cuencos individuales, acompañado de pan tostado y alioli.