Empecemos por la ceremonia, en la cual Marina, la novia, dejo a todos los invitados sin palabras con su precioso vestido que lucía una cola de 5 metros de longitud. Para que el vestido tuviera su gran protagonismo, diseñamos una ceremonia con un pasillo amplio creando un efecto jardín. Emma de floristería Naturplant supo plasmar a la perfección todo el boceto de la boda.

Los novios se situaron mirando a un precioso arco repleto de flores, debajo de él pasaron muchos de sus familiares dedicándoles sus más bonitas palabras de amor y prosperidad. Toda la ceremonia estuvo ambientada con música en vivo instrumental de piano y violín. Personalmente la idea de “live  music” durante las ceremonias es algo que me apasiona, convierte el momento en algo emocionante y especial.

Pero, sin lugar a dudas la sorpresa más vibrante, con la que creamos un efecto WOW, fue al finalizar la ceremonia, con la explosión de colores en el cielo.

Durante el cóctel no cesaron las sorpresas, los invitados pudieron disfrutar de las mejores delicias de Cocotte Catering. Además de buscar sus nombres en un precioso seatingplan realizado con acuarelas a mano.

Uno de mis rincones favoritos fue la bañera de cervezas. La diseñamos con mucho cariño, y cuidando cada detalle. Nos pareció de lo más sorprendente colocar una bañera de color lila, que estuviese rodeada de flores, porque además de que fue uno de los rincones más fotografiados ¿ A quien no le apetece una cervecera fresquita en verano?

Otro momento Wow lo protagonizó Marina cuando cantó acompañada de instrumentos en vivo una canción que ella misma había escrito y compuesto para Carlos. A todos los que estábamos allí se nos saltaron las  lágrimas, fue tan bonito.

El lugar de la cena fue al aire libre debajo del espectacular pasillo de morenas que tiene Casa Benigalip, el espacio brilló de manera especial debido a la decoración que contenía más de 20 metros de guirnaldas de luces envolviendo todas las mesas.

Y después de una cena llena de regalos y mucha diversión dimos paso a la fiesta. Aunque la palabra fiesta se queda corta, recreamos una feria con algodón dulce, toro mecánico, hinchables, palomitas, fotomatón y como en toda fiesta no podía faltar una gran pista de baile rodeada con luces de neón de diferentes colores.

Organizar una boda nunca es un trabajo sencillo. Requiere muchas horas de concentración, organización y un buen equipo detrás. Pero si algo he aprendido es que la actitud lo es todo, y así nos lo demostraron Marina y Carlos.

El lugar de la cena fue al aire libre debajo del espectacular pasillo de morenas que tiene Casa Benigalip. El espacio brilló de manera especial debido a la decoración que contenía más de 20 metros de guirnaldas de luces envolviendo todas las mesas.

Y después de una cena llena de regalos y mucha diversión dimos paso a la fiesta. Aunque la palabra fiesta se queda corta, recreamos una feria con algodón dulce, toro mecánico, hinchables, palomitas, fotomatón y como en toda fiesta no podía faltar una gran pista de baile rodeada con luces de neón de diferentes colores.

María Monllor

Wedding planner

Marzo 2024