PESADILLA ANTES DE NAVIDAD

PESADILLA ANTES DE NAVIDAD

Suena el despertador.

Te despiertas asfixiado en un charco de sudor. Te cuesta respirar, te sientes mareado. Algo no va bien. Miras el reloj: siete y media de la mañana. Tienes que ir a trabajar, pero no sabes ni qué día es ni qué te está pasando. Tu cabeza pesa como cien kilos. De repente, miras tu móvil y descubres que es día lunes, 14 de enero del… ¿2021? Pero ¿Qué demonios? Si hace nada comenzaba diciembre ¿Qué pasa aquí? No entiendes nada. Solo sabes que una sensación de malestar invade tu cuerpo. Buscas tus zapatillas, intentas encajar tus pies en estas, pero te cuesta horrores. Algo redondo y gigante te impide ver abajo ¡Dios mío! –Exclamas – ¿Es esto mi barriga? Cuando por fin sientes que te las estás poniendo, por algún motivo no te caben. Tus pies están tan hinchados que no hay forma de embutirlos en lo que antes era tu más cómodo calzado. Finalmente, con mucha dificultad, logras levantarte.

El mareo es mayúsculo.

Sujetándote por las paredes, a duras penas llegas al baño, el cual se presenta lúgubre y tenebroso. De repente, ves un artilugio muy extraño en el suelo del cuarto de aseo ¿Qué es eso? –Piensas– Es… ¿una báscula? Sí, pero no se parece en nada a todas las básculas que hayas visto antes. Es mucho más grande, plateada y con acabados en orfebrería antigua. Pequeñas gárgolas que parecen estar vivas y mirarte amenazantes ocupan sus cuatro esquinas. La zona de los números es una pantalla grande y rectangular, parecida a la de las antiguas tragaperras, pero con dígitos de estilo gótico.

pesadilla-antes-de-navidad-despertador
[banner id="14451"]

“Esta es la báscula de tu vida. Ha llegado la hora de la verdad”

Un enorme letrero luminoso proyectado

 

como por arte de magia en la pared, señala hacia el infernal aparato, rezando: “Esta es la báscula de tu vida. Ha llegado la hora de la verdad”. Un escalofrío recorre tu espalda y flashbacks de imágenes comienzan a atravesar tu cerebro a la velocidad del rayo: sábado, 5 de diciembre, comilona salvaje con amigos; 7 de diciembre te ves comprando turrones, mazapanes y polvorones, en un súper; 11 de diciembre, en un restaurante comiendo y bebiendo alcohol como un romano; 18 de diciembre, cena de  trabajo: zampando y bebiendo sin miramientos; 24 de diciembre, con el pantalón desabrochado hinchándote a cordero, bebidas, dulces navideños… Las imágenes son fugaces y  vienen acompañadas de fuertes puntadas de dolor de cabeza. Comienzas a recordar ¡Dios mío! –Piensas ­- Este año se me ha ido de las manos.

Totalmente desorientado y afligido

 

te dispones a subir en el diabólico artefacto. Te cuesta moverte, pero estás decidido a lograrlo. Elevas tu pie derecho dejando atrás la zapatilla y lo posas sobre la fría superficie haciendo fuerza. Casi pierdes el equilibrio al subir el pie izquierdo, pero lo consigues. Los números se vuelven locos y comienzan a girar y girar sin detenerse. El traqueteo que emana de los rodillos provoca en ti una sensación de temor y culpa. Más imágenes en tu mente vienen y van fugaces atormentándote: 25 de diciembre, paella con los suegros, no paras de tragar: serrano, pan y alioli, embutidos varios, quesos, mantecados…31 por la noche, estás sudando mientras devoras cochinillo, empanadas, pastelitos… 6 de enero, engullendo roscón de reyes tras el postre, como si llevaras un mes sin comer

pesadilla-antes-de-navidad-bascula

Finalmente

 

los rodillos comienzan a ralentizar su velocidad. Poco a poco comienzan a detenerse: Tac, tac, tac…¡No puede ser! Pesas 25 kilos por encima del peso que solías tener ¿Por qué me he dejado estar así? ¡Maldición! – exclamas totalmente fuera de ti. De repente, una tercera oleada de indigestos flashes de recuerdos,  comienzan a sucederse a toda velocidad provocándote una insoportable agonía  que baja desde la cabeza hasta el estómago. Maldices, chillas, te aprietas las sienes con las manos en un intento vano por aliviar el intenso dolor cerebral. Gritas desesperado –¡Noooooooooooooooooooooooo!

Te levantas sobresaltado

 

con el corazón a mil y la respiración agitada. Miras a tu alrededor y es tu habitación. Miras el móvil: día 5 de diciembre. Te llevas las manos al abdomen…no está esa enorme masa redonda que tenías por barriga en tu horrible sueño. Todo ha sido una pesadilla. Respiras aliviado. “Este año pienso cuidar mi salud” –dices para ti– “Beberé menos, seré moderado. No dejaré que la gula se apodere de mí”.  Suena el teléfono. Tonos de aviso no paran de timbrar. Es el grupo de Whatsapp de tus amigos. Mensajes y más mensajes. Parece que se han vuelto locos. Lees el último: “Yo llevaré bebida a saco y todo tipo de dulces” – dice Pau – “ya veréis que comilona salvaje nos vamos a pegar”…

pesadilla-antes-de-navidad-banquete

Visita nuesto blog en Revista d’ací y descubre  muchísimos mas artículos interesantes

[banner id="14163"]

PERDER PESO PARA SIEMPRE

PERDER PESO PARA SIEMPRE

LOS 4 ERRORES QUE TE LLEVAN A FRACASAR CADA VEZ QUE LO INTENTAS

Perder peso para siempre.

En la saga Matrix (1999) veíamos como bastaba con enchufar un ordenador al cerebro de Neo, cargar diferentes programas y este podía aprender todo tipo de habilidades tan complejas como pilotar un helicóptero militar, manejar sofisticadas armas o dominar diferentes artes marciales y todo en cuestión de segundos ¿Te imaginas que fuera así de fácil también para mejorar los hábitos? Introducir por medio de un plug cerebral un usb con un programa para cada necesidad: “aprender a comer”, “técnicas de entrenamiento muscular”, “cocina sana”,  “bailar tango,  nivel maestro”…En unos minutos, despertar de estos chutes de terabytes de información, con estas habilidades ya instauradas para siempre.

La realidad dista mucho de esta fantasía.

Cuando hablamos de cuidar la salud, desinstalar del disco duro el programa de autodestrucción que muchos tenemos sin saberlo, resetear el sistema e instalar un nuevo programa de autocuidado y conciencia, es lo que los psicólogos llaman, desaprender para volver a aprender y es un proceso que puede durar desde unas semanas hasta años en algunos casos. Unas veces solo hace falta un profesional de la nutrición para encaminarte y otras, se necesita psicólogo, preparador físico,  endocrino, cirujano bariátrico, fisioterapeuta, etc. y aun así no hay garantías. Depende de muchas cosas. La edad por ejemplo.

Con los jóvenes es más fácil.

Cuando viene a la clínica un adolescente de entre 14 y 18 años en un avanzado estado de obesidad, se comienza a tratar a toda la familia y casi siempre se revierte la situación y mejora la familia entera. Cuanto mayor es la persona, por norma general, más complicada se vuelve esta tarea. Décadas y décadas de condicionamiento y conocimientos erróneos entorpecen bastante la labor.

Cuando ya están en el camino del cambio.

¿Qué pasa cuando parece que por fin lo están consiguiendo y vuelven a caer?,  ¿cuáles son los mecanismos y las trampas que sin darse cuenta ellas mismas se tienden?  Es un tema bastante complejo, pero voy a señalarte cuatro errores que he visto repetirse una y otra vez a lo largo de los últimos 10 años, en los que he atendido a más de dos mil pacientes.

perder-peso-para-siempre-foto1

1. EXPECTATIVAS ESTÉTICAS SURREALISTAS: MOTIVACIÓN EQUIVOCADA

Vas al nutricionista y le hablas como si fuera un cirujano estético:

─ Yo lo que quiero es perder estos michelines, estar más duro de aquí y aquí, que esta piel no me cuelgue y tener más músculo aquí.

─ Entiendo. Además de llevar una excelente dieta libre de alcohol y de comida malsana, dígame ¿cuántas horas de musculación y deporte aeróbico está dispuesto a realizar por día, durante los próximos 10 años?

─ Nada en absoluto. Es que no tengo tiempo. Bueno, quiero salir a caminar pero ya si eso a partir de enero que ahora voy liado. Y eso que dices de dieta sana diez años…A mí, mi fin de semana con mi vinito, mis cubatitas y mis paellitas con amigos, que no me lo quiten.

¿Parece exagerado?

Te aseguro que es la transcripción literal de una de las cientos de charlas que he tenido de este tipo. Si tu única motivación para cuidarte es no parecer una ardilla voladora cuando extiendes los brazos, no tener apenas  grasa corporal y poder lavar ropa en tu abdomen pétreo, esto ya en sí deja una brecha enorme para que a la primera de cambio se cuele la frustración. Pero si encima tus acciones no están en absoluto en consonancia con tus exigencias, pues ya apaga y vámonos. Aquí solo quedan dos opciones: o bien ajustas tus expectativas, o bien te pones las pilas y te enamoras del proceso  que conduce a la obtención de tales resultados. Pero no lo hagas a modo sacrificial con ese único fin, porque cuando te lo dejes de golpe va a ser como soltar un piano de cola escaleras abajo.

perder-peso-para-siempre-foto2

2. MORALIZAR CON EL COMPORTAMIENTO

“Me he portado mal” o, “lo he hecho súper bien”, son algunas de las frases clásicas que un nutricionista de consulta escucha a lo largo del día.

Todos en algún momento u otro hemos llevado en la cabeza una especie de “karmámetro”. Un chip que nos dice cuán malos o buenos estamos siendo. Esto a la larga también nos boicotea.

Pensamos: “si como limpio y voy a entrenar dos días seguidos, he sido bueno, por lo tanto me he ganado el derecho de ser un poco malo”. Al día siguiente, como mucho y mal, trasnocho, bebo alcohol y me salto el deporte. Y todo esto lo hago tranquilo de saber que me lo he ganado. Aquí lo que no llegamos a ver en el momento es que, a la larga, somos pésimos haciendo cuentas. Damos un paso adelante y tres hacia atrás. Cada vez estamos más lejos de nuestros objetivos, pero además con la indignación de no entender por qué. En definitiva, nos hemos vuelto expertos en sobrevalorar cualquier pequeño esfuerzo y en infravalorar las indulgencias, sin ser capaces de ver cuán frecuentes se han vuelto y cuánto daño nos hacen.
Si en lugar de ir de un extremo al otro, buscamos un término medio que nos ayude a disfrutar moderadamente cada día, es probable que avancemos lento,  pero siempre hacia adelante.
perder-peso-para-siempre-foto3

3. EL ÉXITO QUE NOS CONDUCE AL FRACASO

Si hemos mejorado nuestra dieta, si ya no tocamos tanto el sofá y en lugar de eso estamos dando paseos, si en nuestra despensa todo lo que hay es sano y además estamos aprendiendo a moderar el tamaño de las raciones y a respetar un horario de comidas, lo normal es que comencemos a bajar de peso. Y este éxito puede dar pie a un nuevo fracaso.  Fíjate lo que me dice uno de mis pacientes cuando acabo de tomar sus medidas antropométricas.
─ Enhorabuena Cacho, has perdido 4 kilos desde la última revisión y por lo que indica el analizador de composición, en su mayoría, son de grasa. Te felicito por el esfuerzo que estás haciendo y lo bien que estás instaurando tu nuevo estilo de vida.

─ ¡Buaaaaah! ¡Toma ya!, es que lo sabía, me lo notaba. Sabía que iba bien. Menuda pizza me voy a meter hoy entre pecho y espalda ¡la tamaño “familia numerosa” por lo menos!

Todo está bajo control.

Todo lo hace por la cifra de peso. Es un sacrificio cuyo resultado le acaba de conceder una nueva licencia. Piensa que si pierde cuatro kilos, puede regodearse un rato en el mismo lodazal fangoso que lo llevó a tener sus 50 kilos de sobrepeso. Al final, parece que le ha cogido el truquillo y sabe manejarlo.

Lo que no entiende Cacho, es que sigue enganchado. Sigue siendo un esclavo de esos sabores, y que en realidad no controla nada. Aparentemente le va bien, pues está siendo controlado por un profesional el cual además le está dando muchas herramientas, pero en lugar de aceptarlas e integrarlas para hacer un cambio real en su vida,  las utiliza para jugar al funambulista. Lo que no sabe es que a la menor racha de viento, todo se irá al garete y caerá nuevamente en ese horrible abismo llamado obesidad.

perder-peso-para-siempre-foto4
[banner id="14163"]

4. LLENAR DE «DEUDAS» A NUESTRO FUTURO YO

Ya estamos en el camino. Hemos suprimido de nuestras despensas todo rastro de comestibles y bebidas perjudiciales. Comer sano, ya es una constante. Nos estamos moviendo. Vamos al gym a diario, salimos a andar y, ¡oh maravilla!,  notamos que el pantalón nos baila. Hemos perdido muchos kilos y creemos que ya no hay vuelta atrás. Una sensación de control nos invade y comenzamos a aceptar todo tipo de compromisos.  “Total, esto está dominado ”─pensamos. Pasamos de ser ultra selectivos con los compromisos para comer, a decir sí a todo lo que surge. Y claro, una vez allí, pensamos: “¿qué demonios?, puedo permitírmelo. Luego sé que lo voy a quemar. Correré una hora más y comeré muy poquito”. Sin darnos cuenta comenzamos a “hipotecar” a nuestro futuro yo. De repente dejamos de avanzar. Ese ritmo tan bueno que llevábamos se detiene y comenzamos a sentirnos frustrados, pues seguimos entrenando y moviéndonos, y comiendo sano casi siempre. Un buen día subimos a la báscula y vemos que incluso hemos aumentado 3 kilos. No entendemos nada. Sin darnos cuenta, nos estamos auto saboteando.

El único que puede hacer algo por tu futuro yo, es tu yo presente.

O dejas de extender carísimos cheques que no vas a poder pagar, o el aumento de peso y consecuente debacle en tu proceso, no tardará en materializarse. La solución pasa por tener compasión por esa persona que serás en el futuro. No lo llenes de compromisos. Modérate en el presente, y utiliza todas las herramientas que tu profesional de confianza te está dando. Si te funcionaron antes, te funcionaran siempre.

De la misma manera que en la actualidad guardas un poco de dinero cada mes en una cuenta de ahorros, pensando en ese viejecillo que un día serás, también es ahora cuando debes actuar con tu alimentación y tus hábitos,  para no llegar a un punto en el cual solo existe la frustración y la resignación de no haber podido conquistar una vida más ligera, más saludable, con menos complicaciones médicas y en consecuencia más feliz.

perder-peso-para-siempre-foto5

5. CONCLUSIÓN

Existen muchas más maneras de boicotearnos. Elegir métodos milagrosos, hacer dietas restrictivas, seguir a falsos “gurús”,  “infoxicarnos” con internet y las redes sociales hasta estar más perdidos que al principio, tomar productos dietéticos creyendo que nos ayudan, etc. Te acabo de señalar cuatro, que aunque probablemente te suenen, seguro que no habías reflexionado aún sobre estas.

Si de verdad queremos un cambio en nuestra vida, lo suyo sería sentarnos y meditar sobre los motivos que nos llevan a desearlo. Ser realistas sobre nuestras metas y una vez que lo tenemos claro, ser consecuentes con el estilo de vida que nos tocará llevar. Olvidarnos del cortoplacismo y de los falsos atajos, es vital también. Pedir la ayuda adecuada a profesionales titulados y colegiados, nunca está de más. Puede ser el primer paso más acertado para lograr este cambio.

Suele decirse que nunca es tarde para mejorar y estoy de acuerdo. He tenido a pacientes que han perdido mucho peso con casi 80 años. Pero debemos tener claro que cuanto antes tomemos la decisión, menos complicado nos será y menos consecuencias para nuestra salud habremos acarreado.

perder-peso-para-siempre-foto6

Visita nuesto blog en Revista d’ací y descubre  muchísimos mas artículos interesantes

[banner id="14080"]

10 Razones por las que octubre es el mejor mes para retomar buenos hábitos

OCTUBRE

 

10 RAZONES POR LAS QUE ES EL MEJOR MES PARA RETOMAR LOS BUENOS HÁBITOS

 

POR NICO HARO

10 razones por las que octubre es el mejor mes para retomar los buenos hábitos

Si el verano ha sido justo con nosotros, pesaremos hoy entre 2 y 3 kilos más que en mayo. Y es que recién estrenado el otoño, seguro que sentimos remordimientos al ver las consecuencias de nuestras malas decisiones. Pero no está todo perdido. Aún tenemos esperanzas.

El primer comienzo del año es ahora. ¿Y por qué este es el mejor momento para trazar nuestras metas y avanzar hacia ellas?

Ahí van algunas de las muchas razones:

El primer comienzo del año es ahora. ¿Y por qué este es el mejor momento para trazar nuestras metas y avanzar hacia ellas?

Ahí van algunas de las muchas razones:

10. Vuelta al cole

Los padres que tanto tiempo dedican a sus hijos, ahora tienen más tiempo para dedicarse a ellos mismos. Y ahora que nuestras rutinas ya están establecidas y consolidadas, conseguir una o dos horas al día para hacer deporte, no nos resultará tan complicado.

9. La temperatura acompaña

El calor solo nos exige tumbona, helados y cervezas, ¿qué le vamos a hacer? No es culpa nuestra, es el verano. No obstante, ahora ya no tenemos la excusa del calor. Las horas en las que da gusto caminar, correr, andar en bici y otras actividades al aire libre son muchas más que antes.

razones-octubre-mejor-mes-retomar-buenos-habitos-deporte

8. Salud psicológica

El final del verano nos trae días nublados y grises, y esto nos pone mimosines. Así somos en la tierra del sol. Comenzamos a reflexionar demasiado sobre todos los errores que hemos venido cometiendo. La culpa y otros sentimientos igual de obstaculizantes nos asaltan hundiéndonos en un abismo de melancólica e improductiva rumiación… ¿Es esto bueno? ¡No! Por ello, tomar las riendas de nuestra salud en este momento, es decir, cuidar nuestra alimentación y practicar actividad física, nos ayudará a contrarrestar tanto lastre emocional y alcanzar, poco a poco, el bienestar que necesitamos, a partir de la primera buena decisión.

7. Portarse bien en cumples y bodas es más fácil ahora

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) durante las últimas cuatro décadas, octubre es el mes con más cumpleaños. También es un mes en que se están organizando muchas bodas. El clima suave de nuestra tierra hace que sea atractivo planificar y celebrar eventos por todo lo alto. Lo bueno es que, si lo pensamos bien y nos preparamos psicológicamente para ello, podríamos mantener la compostura y no perder la cabeza en estas opulentas celebraciones. Los empachos y continuas indulgencias del verano aún corrompen nuestra conciencia y torturan nuestro estómago. Sin saberlo, ahora estamos dotados de una mayor capacidad para resistir tentaciones. Aprovechémosla.

[banner id="14078"]

6. Llegar a Navidad finos y educaditos

Continuar con la tendencia veraniega en ascenso hasta pasar la Navidad, cruzando por “jalogüín” y otras emergentes tradiciones, no es buena idea. Podríamos llegar a empalmar los 2-3 kilos de verano con otros 2-3 de la fiesta navideña. Poner solución a esta tendencia de ir in crescendo es esencial. Podemos comenzar imaginando a nuestro yo de Navidad como alguien más consciente, más delgado, más elegante y sofisticado. Alguien que en plena celebración, mantiene en su mano una copa de champagne como algo ornamental, que ni bebe ni rellena. Solo la sostiene para complacer al resto y sonríe desde el árbol luminoso. Alguien que observa bandejas llenas de dulces y de sólo pensar a donde van a parar esos “chutes de alegría artificial”, se contiene estoicamente. ¿Podemos llegar a ser así? Sí. Sí podemos si empezamos a educarnos ahora.

razones-octubre-mejor-mes-retomar-buenos-habitos-navidad

5. Ofertas fit por doquier

Si algo tienen estas fechas es la cantidad de centros de actividad física que lanzan ofertas. Saben perfectamente que de 100 clientes que se apunten, 2 irán, los demás, tan solo lucirán durante meses una pulsera de goma con el logo de sus centros sin asistir jamás. Por ello se la juegan sin dudarlo bajando precios. Es el momento de sacar ventaja a esta situación y romper esta estadística. Paga esos 6 meses de gimnasio al rematado precio y aprovecha cada día.

4. Acompañado mejor

Una de las excusas que más se suele escuchar es: “es que nadie me acompaña y solo, como que paso”… Es absurdo pensar así. Si nuestro avanzar en la vida va a depender de si alguien nos hace de niñera todo el tiempo, la llevamos clara. Poner a nuestra meta un condicionante así es como quien cree que su felicidad depende de su pareja. Lo tiene crudo. Aunque sí que es cierto que en buena compañía todo se hace más ameno. Pues bien, este es el mejor momento para que esa amiga o amigo se anime a inscribirse con nosotros a lo que sea que nos motive. Tengamos claro que nos abandonará a la primera de cambio, pero para ese entonces ya habremos comprobado que no pasa nada, que podemos seguir solos.

[banner id="14074"]

3. Los cuerpos que envidiamos en verano, se esculpen en invierno

¿Cuántas dietas milagrosas has comenzado a escasos días del verano? Claro, cuando empiezas a quitar ropa de ese cuerpo que tanto has abrigado en invierno, sin importar cuantos jerséis necesitabas para cubrirlo, te entran las prisas para la temida “operación bikini”. ¿Y si en vez de un spring desesperado que acabará fracasando, lo hacemos en modo carrera de fondo? Quizás consigas resultados más interesantes, y de un modo saludable. Si tu objetivo es verte mejor y tener menos “lorcis” en la playuki, es ahora cuando toca ponerse a ello.

razones-octubre-mejor-mes-retomar-buenos-habitos-gym

2. Mayor variedad culinaria

Abandonar las copiosas barbacoas, los leoninos bufetes y las vikingas juergas a las que el verano “nos ha sometido”, no es tarea fácil. Por ello, tener una amplia variedad de alimentos sanos y frescos se hace un gran aliado. Y, ¿por qué la variedad es mayor? Porque en este momento todos los platos saludables son apetecibles; tanto fríos, como templados, como calientes. Apetecen unas lentejas, apetece un consomé, apetece una sopa fría o una crema caliente. Entra bien un hervido, como lo hace una ensalada. Un potaje va de lujo y también un buen salmorejo. El clima actual no hace acepción de recetas sanas. Todas son bienvenidas y todas son disfrutadas. La cuchara y el tenedor se alían para que triunfes.

1. Profesionales amplia y específicamente cualificados

En esta época que nos ha tocado vivir, más que nunca en la historia, tenemos a nuestro alcance a profesionales que nos darán las pautas más adecuadas y nos señalarán el camino a seguir para que no perdamos el tiempo mareándonos aquí y allá. La infoxicación que también vivimos solo puede ser contrarrestada pidiendo ayuda a estos preparados expertos. Graduados en Ciencias de la Actividad Física, que personalizarán nuestro entrenamiento. Psicólogos, que nos acompañarán en un camino de evolución personal. Dietistas-Nutricionistas que programarán nuestro progreso tratando de que disfrutemos de comer bien. Fisioterapeutas, que sacarán adelante nuestras lesiones para que podamos seguir moviéndonos, etc. Pedir ayuda nunca es un problema. Lo que sí lo es, es necesitarla y no darse cuenta. 

CONCLUSIÓN

Lo único que en estos días no tenemos son más excusas para seguir procrastinando. Yo os acabo de plantar en los morretes diez buenas razones para empezar hoy mismo. Si decidís seguir poniendo pretextos, es una decisión respetable. Pero eso sí ¡ojito después con andar quejándose y lloriqueando!