Como para según qué cosas de europeos tenemos poco, lo de cenar a las 19h o las 20h de la tarde como que no nos acaba de convencer.

Así que volvemos a recuperar nuestras buenas costumbres, cenar fuera a partir de las 21h en un buen restaurante. Volver a cenar en el primer o el segundo turno, como antes, según la hora que llegases después de haberte acicalado como es debido para una salida nocturna. A veces eran las 21h otras veces las 23h. Y nos daban las tantas entre risas, charlas y otras historias.

Disfrutar de una buena cena con tu pareja, con amigos o con la familia vuelve a ser una prioridad para muchos de nosotros y una alegría para nuestros restaurantes que se quedaban cenando solos a partir de las 22h.

Cenar a las 21h y alargar la velada hasta las 00.00h o la 01.00h, conversando de los avatares de la vida, tranquilamente, disfrutando de un buen vino a orillas del mar. Sin prisas, defendiendo a toda costa, eso que nos venden ahora como “slowlife”, pero que en realidad ya nuestros abuelos practicaban y nosotros lo llevamos en nuestro adn.

Disfrutar, simplemente disfrutar, socializarnos, hablar… porque las cenas en los restaurantes van de eso, de volver a ser nosotros, de parar el tiempo y vivir ese momento que solo se vive una cena así. ¿Acaso no va de esto la vida?

¡Nos vemos cenando en el restaurante!

Si una de las cosas que buscas es la tranquilidad mientras disfrutas tomando un vino a orillas del mar, lo que buscas es Amarre 152. Un lugar donde el “slowlife” lo toman como bandera y tu encantadora velada tendrá vistas a la Fontana de Jávea.

También es importante su promoción porque si eres de los que les encanta la noche  y el vino, ahora por venir a cenar en su restaurante les regala un vino.