Las renuncias y los cuidados siguen siendo femeninos
Las renuncias y los cuidados siguen siendo femeninos
Queremos empezar agradeciendo a todas aquellas mujeres que dieron el primer paso. Aquellas que se atrevieron en su momento a luchar, a cambiar las cosas, a dar un paso adelante para que hoy, las que estamos aquí podamos tener más derechos, más libertades, disfrutar de una vida más digna.
Fue valiente su decisión y consiguieron cambiar muchas cosas que hoy nos dan visibilidad. Pero queda mucho por hacer todavía. No podemos dormirnos y dejar que venga otra generación de valientes a ayudarnos a evolucionar.
Es nuestro tiempo. Ahora nos toca a nosotras dejarles a nuestras hijas una mejor generación, una generación más equitativa, donde se hable de personas más que de géneros.
Parece que todo ha cambiado, pero en la mayoría de los ámbitos solo son parches. Vivimos rodeados de parches.
La maternidad, una brecha entre hombres y mujeres
Es llegar la maternidad y las brechas entre ellas y ellos se disparan. Muchas mujeres pierden su salario porque se ven obligadas a reducir la jornada laboral, pedir una excedencia, quedarse en casa, renunciar a un ascenso y perder oportunidades laborales que se quedan en el camino porque ahora son madres. Y esto tiene su impacto en la salud mental.
La renuncia sigue siendo femenina, porque si la mujer gana un poco menos que el hombre, quién va a renunciar si no.
Antes, en la generación de nuestras madres, cuando llegaba la maternidad de repente te daban un nombre. Eras la madre de. Y la mayoría de esas mujeres renunciaban a su vida por nosotros. Dejaban de ser ellas mismas, la maternidad eclipsaba el resto de su vida.
Hoy en día pasa menos, pero sigue pasando, la que renuncia y sacrifica algún aspecto de su vida la mayoría de las veces es la mujer.
Somos personas, queremos ser mujeres, pero también queremos salir, compartir, crecer profesionalmente, y sobre todo, que no se nos juzgue por ello.
Corresponsabilidad
Seguimos renunciando nosotras a muchas más cosas que ellos, más oportunidades, más tiempo libre y nuestra mochila pesa más. Esto no es una falta de perspectiva de género, es falta de corresponsabilidad. Una responsabilidad compartida entre hombres y mujeres que nos acerque más a la igualdad.
Somos la generación que tenemos que dar ejemplo para que l@s que vengan detrás ya sepan cómo hacerlo. Y esto todavía está verde.
Las mujeres seguimos sintiéndonos culpables, seguimos luchando contra esa creencia de que nosotras nos debemos a nuestros hij@s, de que ellos se deben más al trabajo. Y ellos también siguen con esas creencias, su trabajo es más importante.
Las palancas de cambio se hacen necesarias para llegar a la igualdad que queremos.
Existe un juicio externo, haga lo que haga una mujer va a ser criticada o no, y muchas veces este juicio no es solo externo, sino también interno. La culpabilidad, la frustración, la desesperanza de ver que aquellos sueños que tenías cuando empezabas a comerte el mundo, hoy se han desvanecido, porque has tenido que dar prioridad a otras cosas, porque no has contado con esa corresponsabilidad y has tenido que renunciar. “¿Por qué se dejan tanto cuando son madres?” O si una decide cuidarse, puede que digan “¿no sé cuando va a estar con su familia?”
El cuidado es responsabilidad de tod@s, también de ell@s que no solo tienen que cuidar de sus hij@s igual que hacemos nosotras, sino también han de cuidar de su pareja.
Hay cambios sí, pero no son suficientes
Y debemos empezar por nosotras mismas.
Nosotras debemos ser esa palanca de cambio.
Nosotras debemos dar el primer paso, y no, la solución no es luchar contra ellos, sino luchar por lo que queremos, caminar hacia adelante, erguidas, sin volver la vista atrás, ni siquiera a los lados. Seguras de cada paso que damos. Seguras de nosotras mismas. Todas cogidas de la mano, apoyándonos unas a otras para ser las personas que nos merecemos.
Aprender a delegar y enseñarles a compartir tareas, enseñarles a respetar, respetando.
Empoderar a las niñas desde bien pequeñas y educar a los niños en la igualdad.
Que no nos utilicen como una excusa política para ganar las elecciones, o para quedar bien de cara a la galería.
No queremos más parches, queremos ser mujeres, diferentes pero no desiguales.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer!
Las renuncias y los cuidados siguen siendo femeninos
Queremos empezar agradeciendo a todas aquellas mujeres que dieron el primer paso. Aquellas que se atrevieron en su momento a luchar, a cambiar las cosas, a dar un paso adelante para que hoy, las que estamos aquí podamos tener más derechos, más libertades, disfrutar de una vida más digna.
Fue valiente su decisión y consiguieron cambiar muchas cosas que hoy nos dan visibilidad. Pero queda mucho por hacer todavía. No podemos dormirnos y dejar que venga otra generación de valientes a ayudarnos a evolucionar.
Es nuestro tiempo. Ahora nos toca a nosotras dejarles a nuestras hijas una mejor generación, una generación más equitativa, donde se hable de personas más que de géneros.
Parece que todo ha cambiado, pero en la mayoría de los ámbitos solo son parches. Vivimos rodeados de parches.
La maternidad, una brecha entre hombres y mujeres
Es llegar la maternidad y las brechas entre ellas y ellos se disparan. Muchas mujeres pierden su salario porque se ven obligadas a reducir la jornada laboral, pedir una excedencia, quedarse en casa, renunciar a un ascenso y perder oportunidades laborales que se quedan en el camino porque ahora son madres. Y esto tiene su impacto en la salud mental.
La renuncia sigue siendo femenina, porque si la mujer gana un poco menos que el hombre, quién va a renunciar si no.
Antes, en la generación de nuestras madres, cuando llegaba la maternidad de repente te daban un nombre. Eras la madre de. Y la mayoría de esas mujeres renunciaban a su vida por nosotros. Dejaban de ser ellas mismas, la maternidad eclipsaba el resto de su vida.
Hoy en día pasa menos, pero sigue pasando, la que renuncia y sacrifica algún aspecto de su vida la mayoría de las veces es la mujer.
Somos personas, queremos ser mujeres, pero también queremos salir, compartir, crecer profesionalmente, y sobre todo, que no se nos juzgue por ello.
Corresponsabilidad
Seguimos renunciando nosotras a muchas más cosas que ellos, más oportunidades, más tiempo libre y nuestra mochila pesa más. Esto no es una falta de perspectiva de género, es falta de corresponsabilidad. Una responsabilidad compartida entre hombres y mujeres que nos acerque más a la igualdad.
Somos la generación que tenemos que dar ejemplo para que l@s que vengan detrás ya sepan cómo hacerlo. Y esto todavía está verde.
Las mujeres seguimos sintiéndonos culpables, seguimos luchando contra esa creencia de que nosotras nos debemos a nuestros hij@s, de que ellos se deben más al trabajo. Y ellos también siguen con esas creencias, su trabajo es más importante.
Las palancas de cambio se hacen necesarias para llegar a la igualdad que queremos.
Existe un juicio externo, haga lo que haga una mujer va a ser criticada o no, y muchas veces este juicio no es solo externo, sino también interno. La culpabilidad, la frustración, la desesperanza de ver que aquellos sueños que tenías cuando empezabas a comerte el mundo, hoy se han desvanecido, porque has tenido que dar prioridad a otras cosas, porque no has contado con esa corresponsabilidad y has tenido que renunciar. “¿Por qué se dejan tanto cuando son madres?” O si una decide cuidarse, puede que digan “¿no sé cuando va a estar con su familia?”
El cuidado es responsabilidad de tod@s, también de ell@s que no solo tienen que cuidar de sus hij@s igual que hacemos nosotras, sino también han de cuidar de su pareja.
Hay cambios sí, pero no son suficientes
Y debemos empezar por nosotras mismas.
Nosotras debemos ser esa palanca de cambio.
Nosotras debemos dar el primer paso, y no, la solución no es luchar contra ellos, sino luchar por lo que queremos, caminar hacia adelante, erguidas, sin volver la vista atrás, ni siquiera a los lados. Seguras de cada paso que damos. Seguras de nosotras mismas. Todas cogidas de la mano, apoyándonos unas a otras para ser las personas que nos merecemos.
Aprender a delegar y enseñarles a compartir tareas, enseñarles a respetar, respetando.
Empoderar a las niñas desde bien pequeñas y educar a los niños en la igualdad.
Que no nos utilicen como una excusa política para ganar las elecciones, o para quedar bien de cara a la galería.
No queremos más parches, queremos ser mujeres, diferentes pero no desiguales.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer!